El hombre que había confesado haber asesinado a su pareja en el domicilio que compartían en La Plata fue citado a declarar ante la Justicia y, al contrario de lo esperado, se negó a responder las preguntas del fiscal a cargo del caso, Álvaro Garganta. Por este motivo, fue imputado y permanecerá detenido.
El acusado, identificado como Mario Rubén Olivera (39), había sido citado a una indagatoria por el titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 11, después de que confesara haber matado a su pareja, Elizabeth Mariana Varela (53), en la vivienda que compartían en la localidad de Melchor Romero, situada en la calle 519, entre 173 y 174.
El detenido radicó la denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia de La Plata el jueves pasado, en donde declaró que había asfixiado a la mujer durante una supuesta pelea. No obstante, el hombre se negó a repetir la versión ante Garganta a raíz de la recomendación que le dio su abogado defensor.
De esta manera, Olivera fue imputado por el delito de homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, según la información proporcionada por el medio local 0221. Asimismo, se determinó que el acusado confeso continúe detenido hasta que nuevo aviso.
En paralelo, la investigación judicial continuará su proceso. No obstante, es pertinente mencionar que la declaración que el hombre brindó en la seccional de la Mujer y la Familia no tendría valor en la Justicia, debido a que solo serán tenidas en cuenta las declaraciones tomadas por el fiscal.
A pesar de esto, la denuncia que realizó Olivera ante las autoridades fue de suma importancia para que se encontrara el cuerpo de la mujer. De hecho, cuando el personal de la Comisaría 14° se presentó en el domicilio, se constató que el cadáver de la víctima yacía boca arriba sobre una cama de una plaza que estaba en comedor de la casa.
Posteriormente, los médicos del SAME analizaron el estado en el que se encontraba y confirmaron que la mujer había muerto. Por su parte, los peritos trabajaron en la preservación y análisis de la escena del crimen, mientras se coordinaba el traslado del cuerpo para la autopsia correspondiente.
Hasta el momento, los investigadores determinaron que Olivera y Varela se encontraban en pareja, pero que se trataba de una relación reciente y que no tenían hijos en común. Incluso, desde la Comisaría de la Mujer y de la Familia confirmaron que no había antecedentes de denuncias por violencia de género previas hasta el día del crimen.
Mientras que los vecinos de la zona confirmaron a las autoridades judiciales que la pareja estaba en una relación hace poco tiempo, lo cierto es que no se estableció cuál habría sido el motivo que desencadenó la discusión entre ambos.
Hace un mes, otro caso estremeció a la ciudad platense al conocerse que una mujer habría sido prendida fuego por su pareja durante una discusión. Se trata de Camila Micaela Gaitán, una joven de 26 años que tuvo que ser ingresada en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital de Melchor Romero por tener un 35% de su cuerpo quemado.
La víctima había sido trasladada de urgencia hacia el Hospital Dr. Alejandro Korn con varias quemaduras en el rostro, el cuello, los brazos, el pecho y el abdomen. De acuerdo a la información publicada por El Día, las lesiones presentaban un riesgo de vida, debido a que habían sido catalogadas como quemaduras de grado A y AB.
Por este motivo, la joven tuvo que ser inducida a un coma y recibir asistencia respiratoria, ya que sus vías aéreas habían resultado afectadas por el fuego. El caso quedó en manos del fiscal Juan Menucci, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 6 de La Plata, quien ordenó la detención del único acusado, Rubén Orlando Domínguez, de 27 años.
Según las fuentes judiciales, la pareja de Gaitán fue imputado por el delito de homicidio agravado por el vínculo en contexto de violencia de género en grado de tentativa. Asimismo, se confirmó que la víctima había denunciado por violencia de género y había una orden de restricción perimetral en su contra, la cual el detenido había roto en varias oportunidades.
“Ella en el fondo lo permitía. Muchas veces hablamos con ella, le aconsejamos que se aleje por su bien, pero él la manipulaba”, contó una de las hermanas de la víctima, al denunciar que las agresiones se habían prolongado a lo largo de diez años.