Este jueves continúa el intenso operativo en los alrededores del aeropuerto de San Fernando, y desde el mediodía las tareas se concentran en remover los restos del avión privado que se estrelló y derivó en la muerte de los pilotos Martín Fernández Loza (44) y Agustín Orforte (35).
En el lugar trabaja una grúa especial para cargas pesadas, vehículo utilizado generalmente en obras de construcción. Con la supervisación de la Policía Federal Argentina y la Policía de Seguridad Aeroportuaria, colocaron las partes menos dañadas de la aeronave en los acoplados de dos camiones.
En uno de ellos pusieron un ala, que se mantuvo unida a la turbina. En el otro fue lo que quedó de la cola del avión y la cabina. Según informaron las autoridades presentes en el lugar, los restos serán trasladados al aeropuerto de San Fernando. Quedarán bajo custodia de la PSA en un hangar, a disposición de Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de San Isidro, a cargo de Sandra Arroyo Salgado, y del Ministerio Público Fiscal.
En un tercer vehículo moverían partes más pequeñas, como las ruedas, chapas y plásticos que se desprendieron de la aeronave.
Si bien ya se hicieron los peritajes correspondientes en el lugar de los hechos, lo que quedó del Challenger 300 podría volver a ser analizado mientras avance la causa judicial.
Las causas del despiste no es el único pilar de la investigación. También está bajo la lupa la actuación de los Bomberos de la Policía Federal Argentina. Hay sospechas de que no atendieron la emergencia a tiempo, y dicha falencia podría haber pesado en el desenlace fatal.
Los vecinos que fueron testigos de la tragedia aérea de San Fernando aseguraron que el piloto y el copiloto del Challenger 300 seguían con vida tras el impacto del avión, y apuntaron contra los bomberos por su demora.
Según los testimonios, cuando la aeronave tocó el suelo de la calle lindera al aeropuerto de zona Norte, el vehículo comenzó a prenderse fuego lentamente.
“Pedían auxilio, que los saquen, que los ayuden, pero nadie se acercó”, dijo a TN Narcisa, la dueña de la casa en donde impactó el avión, quien enfatizó que nadie los socorrió a tiempo.
Según la autopsia, la causa de muerte de ambos fue asfixia. “El mismo piloto (pedía): ‘Por favor, sacame de acá’. Después se abrazaron y fallecieron. Fue una imagen muy fuerte”, recordó. De acuerdo a su relato, ambos murieron por la inacción del personal de emergencias.
En las imágenes del accidente se observa que la cabina de la aeronave permaneció intacta tras el choque. Otros vecinos cercanos al lugar del incidente, en la intersección de las calles José Terry y Charlín, afirmaron que las víctimas fatales se quitaron el cinturón e intentaron escapar, pero no lograron sobrevivir al monóxido de carbono.
Según los testimonios, el personal que llegó a la escena carecía de materiales adecuados para extinguir rápidamente el fuego en el avión. Indicaron que el equipamiento era precario e insuficiente para brindar un auxilio efectivo.
Fuentes de la investigación detallaron a Infobae que los bomberos que actuaron en el lugar pertenecen a la Policía Federal y que están físicamente dentro del aeropuerto. Precisamente en la esquina derecha de la pista, a 800 metros aproximadamente de donde se produjo el siniestro.
Sin embargo, la primera autobomba que llegó fue la convencional, que tenía una manguera angosta (línea de entre 38 y 45mm) que no sirve para apagar un incendio de tal magnitud rápidamente.
Este detalle sobre el accionar de los bomberos va en línea con el resultado de la autopsia, que determinó que los pilotos murieron asfixiados por la inhalación del monóxido de carbono.
Las imágenes captadas en los primeros instantes del accidente muestran la evidente ausencia de equipos adecuados e incluso revelan a algunos bomberos sin casco en el lugar.