La pericia balística a la pistola calibre 9 milímetros con la que un sicario habría asesinado el jueves pasado a Fabián Sturn Jardón -el uruguayo con documento español de 42 ejecutado la semana pasada frente a un kiosco en Paraguay al 2900, zona de Recoleta- reveló una coincidencia inquietante: la misma arma se utilizó para asesinar en Pilar a Marcelo González Algerini, un crimen cometido en Pilar por el cual Sturn Jardón tenía pedido de captura.
El dato, confirmado a Infobae por fuentes judiciales y policiales, fue descubierto por la División Homicidios de la Policía de la Ciudad y comunicado a los investigadores del caso, a cargo del fiscal Marcelo Roma y el juez Darío Bonnano. De vuelta en la jurisdicción de San Isidro, la fiscal Marcela Semería, que había pedido la captura de Sturn Jardon por el crimen de González Algerini, espera recibir las precisiones de la pericia balística realizada por la fuerza porteña.
“Se trata de la misma arma”, ratifica una fuente de relevancia: “El match se descubrió al cruzar el perfil con la base de datos de la Policía Federal, que conserva la información de análisis balísticos para futuros cruces”.
El arma, el auto de la fuga y el otro crimen
Horas después del asesinato de Recoleta, la División Homicidios de la Policía de la Ciudad halló en la calle Agüero al 700 el Fiat Cronos rojo que habría empleado el sicario.
Ese Fiat Cronos empleado en la fuga, encontrado a casi ocho cuadras de la escena del crimen y que llevaba una patente robada, fue abierto en las últimas horas por orden de la Justicia. Allí, la fuerza porteña encontró una pistola Glock 9 milímetros con silenciador y un par de guantes.
En el departamento de la misma cuadra donde se cometió el crimen donde vivía Sturn Jardón, se secuestraron tres teléfonos que podrán ser peritados, la caja de una pistola marca Glock -la misma marca que, supuestamente, usó su asesino para matarlo- y el documento español de la víctima.
El uso de un silenciador, a priori, dificultaba llegar a una certeza: expertos policiales coinciden en que el paso por el silenciador deforma el plomo que se recolecta del cuerpo, dificultando establecer un match forense con el arma que supuestamente lo disparó. Sturn Jardón recibió tres disparos por la espalda. Sin embargo, la pericia realizada por la Policía de la Ciudad logró un resultado.
A mediados de julio último, un cargamento de 782 kilos de cocaína fue capturado en Caviahue, Neuquén. El lote, valuado en al menos 15 millones de dólares según autoridades judiciales, es el más grande en la historia reciente. Tras una larga investigación a cargo de la fiscal coadyuvante Patricia Cisnero de la PROCUNAR, Gendarmería realizó ocho allanamientos y arrestó a diez sospechosos. La banda, supuestamente, planeaba cruzar la droga a Chile en un convoy de camionetas, tras reunirse en un complejo de cabañas de Caviahue, para seguir luego por un paso fronterizo.
Había en la banda una jugador, claramente menor en la gran escala de las cosas: Marcelo González Algerini, un chofer que, supuestamente, condujo en un momento la camioneta donde se encontraron los 783 kilos. Estuvo en las cabañas que la banda alquilaba en Caviahue, aseguran detectives del caso. Logró escapar de la Justicia antes de que comiencen las redadas ordenadas por la PROCUNAR. No era más que un cuidador, un obrero de la logística narco.
González Algerini, precisamente, fue el hombre asesinado en Pilar, por cuyo crimen la fiscal Marcela Semería pidió la captura de Sturn Jardón y su padre.
Sin embargo, Sturn Jardón ni su padre figuran en la causa de la PROCUNAR, no hay siquiera una alusión entre horas y horas de inteligencia, seguimientos encubiertos y comunicaciones analizadas. Mención o no, a mediados de la mañana del viernes, según confirmaron fuentes del caso, el fiscal Roma y el juez Bonnano comenzaron a interesarse en este expediente.