A diez años de la muerte de Franco Casco —el joven de 22 años que estuvo detenido en una comisaria de Rosario y cuyo cuerpo fue encontrado semanas después en el río Paraná—, revocaron la absolución de los 19 policías involucrados que llegaron a juicio oral.
La decisión estuvo a cargo de la Sala 1 de la Cámara Federal de Casación Penal, a conformada por Daniel Antonio Petrone, Diego Barrotaveña y Carlos Mahiques, quienes ordenaron que se dicte una nueva sentencia que se ajuste con los lineamientos planteados.
De esta manera, hicieron lugar al pedido del fiscal Fernando Arrigo, quien había apelado el fallo del Tribunal Oral Federal en lo Criminal N°2 de Rosario —integrado por Omar Paulucci, Eugenio Martínez Fererreo y Ricardo Vázquez—. Las querellas también hicieron sus presentaciones correspondientes.
De los 26 policías involucrados en el caso, 19 llegaron a juicio oral, junto con un vecino del barrio Agote, quien también resultó absuelto en julio del año pasado. Sobre él, recaía el delito de encubrimiento agravado y su absolución también fue revocada.
Entre los principales acusados se encuentran: Diego Álvarez, Cecilia Contino, Walter Benítez, Fernando Blanco, César Acosta, Guillermo Gysel, Cintia Greiner, Rocío Hernández, Marcelo Guerrero, Enrique Gianola Rocha, Esteban Silva, Ramón Juárez, Romina Díaz y Franco Zórzoli. Para ellos, Arrigo había solicitado prisión perpetua, mientras que para los restantes más de 14 años de prisión.
En línea con la información a la que pudo acceder el medio local RadioFonica, los camaristas alegaron que el Estado tiene la obligación de investigar las violaciones a los derechos humanos cometidas por los oficiales de las fuerzas de seguridad.
El juez Petrone, por su parte, planteó que “las controversias sobre el cumplimiento de esos estándares y, en especial, las deficiencias que se han marcado a lo largo del juicio y en la sentencia que es traída a esta inspección casatoria tampoco pueden ser pasadas por alto”. El magistrado continuó al enumerar las irregularidades detectadas durante la investigación, entre las que se encuentran la falta de resguardo del material probatorio.
Mientras tanto, Mahiques definió a la resolución del TOFC N°2 de Rosario como una “arbitraria decisión”, por lo que advirtió sobre lad faltas cometidas por los magistrados al momento de tomar su decisión.
En sus argumentos, Barroetaveña señaló que la sentencia presenta “vicios en su fundamentación” y cuestionó que los jueces de primera instancia realizaron una “valoración parcializada de la prueba producida durante el debate”.
Tras este fallo, podría conformarse un nuevo tribunal para que revise la absolución con base en las observaciones realizadas por Casación.
El crimen de Franco Casco
Casco salió de su casa en Florencio Varela el 29 de septiembre de 2014, cuando se tomó un tren con destino a Rosario. Allí, visitó a su tía. Una semana después, Franco se dirigió a la terminal de la ciudad para regresar a su hogar. Ese mismo día, su tía se despidió de él. Sin embargo, al día siguiente, preocupada porque no tenía noticias suyas, contactó al padre del joven, Ramón, quien esperaba a su hijo para retomar juntos trabajos de pintura y albañilería. Franco nunca llegó.
Su cuerpo apareció 24 días después de su desaparición en el río Paraná, según confirmó la autopsia, que determinó que la causa de muerte fue asfixia y que el joven fue arrojado sin vida al agua. Además, la data de fallecimiento coincidía con el último día que fue visto con vida.
La investigación reveló que, en su trayecto hacia la terminal, un vecino llamó a la Policía para reportar a un joven con “actitud sospechosa”. Franco fue detenido y trasladado a la comisaría 7ª en un patrullero. Según la versión oficial, permaneció demorado durante unas horas antes de ser supuestamente liberado.