Lo único que saben los investigadores sobre las últimas horas con vida de Damaris Leonell Iturres (20) es que cerca de las 21.30 del jueves pasado hizo un posteo en su cuenta de Instagram. Luego, esa red social ya no tuvo movimiento. Su padre no logró comunicarse con ella al día siguiente y, entonces, llamó a la casa de la abuela de su hija, ya que la joven vivía en el mismo terreno, pero en una propiedad separada. Lo que encontró la mujer fue puro espanto.
El cuerpo de Damaris yacía boca abajo, prácticamente desnudo, sólo tenía la bombacha puesta, pero a la altura de las rodillas. Sí había rastros de sangre y golpes en su rostro sin vida. La autopsia confirmaría luego que había sido asfixiada.
Fuentes del caso explicaron a Infobae que los investigadores sospechan que quien la asfixió tuvo sexo con ella, aunque no sabe si la violaron. Eso quedará ad referendum del informe que los forenses le entregue al fiscal Jorge Nocetti, de la UFI de Género descentralizada de San Fernando, quien por el momento investiga el caso como homicidio.
No hay detenidos por el asesinato de Damaris, tampoco se le conocían vínculos estables, pero sí hay un sospechoso. Fuentes del caso confirmaron que se trata de un chofer de colectivos de la Línea 343: el dato lo aportaron los vecinos de la víctima que conocían con quien se venía vinculando en el último tiempo.
De todas maneras, la apertura del celular de la Damaris, que se hará este lunes, será clave para determinar con quién se encontró entre las 21.30 del jueves pasado y la madrugada del viernes en que, se cree, fue asesinada.
El crimen se descubrió el 13 de diciembre pasado a las 15, cuando la cuidadora de Ramona (97), la abuela de Damaris, recibió un llamado del padre de la chica. Le dijo que no podía dar con su hija y le pidió que se fuera a fijar a ver cómo estaba.
El papá de la víctima estaba al cuidado de la hija que había tenido Damaris con una ex pareja, quizá él y Ramona eran los únicos que mantenían contacto con la víctima, distanciada de su familia y acogida en el terreno de Amancio Alcorta al 1600, en el partido de San Fernando, donde vivía su abuela y donde también la mataron.
La mujer se encontró con el horror cuando fue a ver cómo estaba Damaris ese viernes por la tarde y, de inmediato, dio aviso al 911. El lugar se llegó de policías de la Comisaría 4ª de la Policía Bonaerense, de peritos de la Científica, mientras otros efectivos analizan cámaras de seguridad privadas y municipales que les puedan aportar una pista.
La forma en la que estaba el cuerpo, semidesnudo, el dato de la bombacha baja, los golpes y la sangre les dejaron en claro a los investigadores que allí había ocurrido un crimen. Los forenses luego ampliarían la causa de la muerte: el asesino, además de pegarle, la había asfixiado.
Las próximas horas serán clave en la causa para los investigadores que apuestan a abrir el celular de Damaris y que los movimientos del teléfono les den la clave para atrapar a su asesino.
“Qué en paz descanse tu alma. No merecías irte de esa manera de este mundo tan jovencita. Pido consuelo para tu hija y tu familia. Volá bien alto y que en este divino mundo tan cruel se haga justicia”, posteó una usuaria de Facebook. Otra comentó: “Justicia para Damaris Iturres, vecina de San Fernando y víctima de un femicidio”.