La familia de Magalí Vera parece no encontrar la paz. Ayer emitió un comunicado pidiendo tranquilidad a la comunidad ante versiones difundidas en las redes sociales que indicaban que los vecinos querían hacer justicia por mano propia saqueando la vivienda que la víctima de femicidio habitaba junto a su novio, Javier Cerfoglio, quien hoy pasa sus días en la prisión de Batán.
“A la ciudadanía les pedimos paz en estos momentos de tanto dolor. Nos encontramos habitando la casa de Magui, de su hijo, tratando de preservar las cosas que ella tenía. Le solicitamos a todos un poco de tranquilidad. La Justicia está actuando y nosotros, tratando de contenernos entre nosotros con nuestra familia y amigos”, reza parte del comunicado que circuló por WhatsApp y luego se difundió en otras redes sociales.
Y agregaron: “Ante hechos que se difunden de querer tomar represalias contra la vivienda que ocupaba Maggie con el imputado de este femicidio, les queremos informar que la misma se encuentra a resguardo nuestro y habitándola en estos momentos. Estamos pasando por momentos muy duros, agradecemos las muestras de apoyo y fuerzas y queremos nuevamente pedir Paz.”
Selfie, golpes y simulacro de accidente
A las 3 del domingo 1 de diciembre, Magalí y Javier se sacaron una selfie, sonrientes, mientras compartían un casamiento en la ciudad de Necochea. Una hora y media más tarde, él terminaría golpeándola en la calle hasta dejarla inconsciente.
Luego la subió al auto y terminaron hundidos en el río Quequén, donde la Prefectura Naval encontró el cuerpo de la joven. La causa de su muerte fue confirmada como asfixia por inmersión, lo que implica que aún estaba con vida cuando el auto volcó en el río.
Un video sentenció el futuro del femicida: una cámara de seguridad de un comercio instalada en un poste, donde se cruzan las calles 50 y 53. En esa esquina se ve, a las 4.24, a la víctima tendida en el suelo y a su pareja encima de ella. La golpeó con sus manos y luego la pateó varias veces. Pasó al menos un minuto y medio, pegándole sin parar.
La imagen explica los resultados preliminares de la autopsia al cadáver, que había detectado golpes en casi todo el cuerpo de la joven de 34 años. Cuando el fiscal Walter Pierrestegui de la UFI N°20 especializada en Violencia de Género estudió el informe, llegó a la conclusión de que los politraumatismos no coincidían con el siniestro vial, lo que profundizó las sospechas sobre Cerfoglio.
El Honda volcó y quedó dado vuelta, con el habitáculo bajo el agua y las ruedas en la superficie. Cerfoglio alcanzó a abrir la puerta y nadar para salvar su vida. Hoy está preso en Batán y podría enfrentar un juicio cuya pena es la cadena perpetua, si se comprueba el femicidio.
Marcha por Magalí
Convocados por la Asamblea Feminista de Necochea, familiares de la víctima y vecinos de la ciudad y de Quequén se movilizaron ayer para exigir justicia por Magalí. Cientos de personas participaron de la marcha, que comenzó frente a la sede del Municipio y luego se dirigió hacia la comisaría donde permanece detenido el acusado.
“No hay palabras. Otra chica más. Esto no termina, la violencia que vivimos es una problemática social. Si bien exigimos políticas de prevención, debemos entender que esto es una tarea de todos: cambiar y no normalizar ningún tipo de violencia”, afirmó una joven en diálogo con TN.
“Estamos todas las comunidades de Necochea y Quequén presentes, y pedimos justicia para que no haya ninguna Magalí más”, añadió otra mujer, mientras alzaba un cartel amarillo que decía: “Vivas nos queremos. #JusticiaporMagalí”.