Por cuarta vez desde que empezó el juicio, el prestamista Esteban Rojas Almada se sentará este miércoles en el banquillo de los acusados frente al Tribunal Oral en lo Criminal Nº 17. Podría ser la última: al debate oral le restan nada más que los alegatos de la defensa y la posibilidad de hacer uso de las palabras finales. Luego, los jueces darán su veredicto sobre el femicidio de Ferni Ayala Palacios, quien murió el 19 de febrero de 2023 en el barrio Zavaleta del barrio porteño de Barracas.
La argumentación de la defensa irá en línea con la declaración que hizo el presunto femicida en una de las audiencias previas: se pelearon, ella le apuntó con el arma que él guardaba en su ropero, forcejearon y la pistola se disparó. “No sé en qué momento, yo no toqué el arma”, le aseguró el detenido a los jueces.
Rojas Almada sostuvo su inocencia en todo momento y ahora tendrá la oportunidad de pedir que lo absuelvan. Desde noviembre del año pasado está preso en el penal de Marcos Paz, tras haber sido extraditado de Paraguay, donde se mantuvo prófugo por cinco meses.
Para la fiscalía y la querella, esa explicación no encuentra respaldo en las evidencias que contiene el expediente. La fiscal María Luz Castany dijo en sus alegatos que la coartada no es compatible con la mecánica del disparo. Por eso pidió la pena máxima por “femicidio doblemente agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género” y “portación ilegal de arma de guerra agravada”.
Según la investigación, él tomó la decisión de matarla después de haber discutido en el boliche “La Sirenita”, ubicado en el barrio porteño de Constitución. Y lo hizo en un contexto “de violencia de género que se evidenciaba en la excesiva posesividad que ejercía Rojas Almada, en el constante asedio y en la vigilancia que hacía de los movimientos de Ferni”, según indicó la fiscal Castany, que también destacó que “la enorme asimetría de poder entre ambos se vio acentuada por el despliegue de poder que tenía el hombre en la comunidad donde vivía”.
El prestamista del barrio Zavaleta también negó esa acusación. Declaró que no la maltrataba ni la controlaba, aunque sí reconoció que vivieron episodios de violencia, pero “era algo de los dos” y él “estaba muy enamorado”.
Cuando habló durante el juicio, Rojas Almada inició ofreciéndoles disculpas a los familiares de la víctima. “Les pido perdón”, dijo, e inmediatamente se le quebró la voz. “Le quiero pedir perdón a la familia por haberla dejado en esas condiciones, por no haberla auxiliado”, continuó apenas se recompuso.
“Lo odié”
“En ese momento lo odié, me esperaba escuchar cualquier cosa menos que ella fue la que quiso matarlo y que él se defendió. Por suerte, todo lo que dijo no coincide para nada con las pruebas”, aseguró en diálogo con Infobae Clara Ayala, una de las hermanas de Ferni, a horas de que la Justicia dé a conocer la sentencia.
La última vez que la vio fue una semana antes de su muerte, el 12 de febrero de 2023. Tenían la costumbre de desayunar juntas los domingos, según recordó: “Nos juntábamos a tomar mate temprano, y después cocinábamos”. Aquel día fue la primera vez que se preocupó por su estado: “Noté que tenía moretones en las piernas”, contó.
Y siguió: “Me dijo que Esteban era muy bruto en la intimidad”. La respuesta no la convenció, menos aún cuando se dio cuenta de que se estaba borrando el tatuaje en el que llevaba el nombre de su hijastro. La muerte de Ferni Ayala llegó antes de que sus hermanas pudieran hacer algo para evitar el desenlace fatal.
“Sabemos que no se va a terminar acá, porque si le dan perpetua va a apelar, y si no se la dan vamos a apelar nosotros”, explicó la hermana de la víctima, que además aseguró que llegan “más tranquilos” al final del juicio, porque creen que a lo largo de las audiencias quedó demostrada la culpabilidad del prestamista.
Sin embargo, temen por lo que pueda pasar el día después: ”La amenaza de su entorno es que él también quiere que lo condenen para que los medios dejen de prestar atención y ahí puedan lastimarme o matarme a mí, o pagar para sacarlo antes de la cárcel”, completó Clara Ayala, que desde el momento del hecho denunció en reiteradas oportunidades haber sido víctima de amedrentamientos.
Desde las 10, el TOC N° 17 recibirá una vez más a las partes involucradas en el caso. Será el juez Juan Giudice Bravo quien decida si se conoce la sentencia, o se fija una fecha para escucharla en una audiencia futura.