Ariel Máximo “Guille” Cantero (36), líder de la facción principal de Los Monos, volvió a ser condenado por narcotráfico. Este jueves, el Tribunal Oral Federal Nº 3 de Rosario le dio la pena de 19 años de prisión por el manejo de un punto de venta de droga de Arroyo Seco de la organización, donde el 23 de julio de 2021 fue secuestrado el hijo de un empresario que había ido a comprar marihuana y fue liberado horas después en Villa Gobernador Gálvez tras el pago del rescate de sus familiares. Con este fallo, el capo narco acumula un monto de 132 años de cárcel.
En el veredicto, que lleva la firma de los jueces Osvaldo Facciano, Mario Gambacorta y Eugenio Martínez Ferrero, también fueron condenados otras doce personas de estrecha relación con Cantero: sus laderos Leandro “Pollo” Vinardi y Cristian Nicolás “Pupito” Avalle -alojados en el penal de Ezeiza-, quienes recibieron 14 años de prisión.
A Sabrina Ivana Barrías, pareja de Vinardi, los jueces le dieron 6 años y 1 mes de cárcel. La mujer y el “Pollo”, en paralelo, están imputados por el fiscal provincial Pablo Socca por extorsiones al presidente de Newell’s Ignacio Astore, a quien le exigían entradas y plata por partido por ser quienes gerenciaban la barra brava del club bajo las órdenes de “Guille”.
Los otros condenados fueron Jonatan Leonardo Lencina -que recibió 12 años y 6 meses-, Pablo Pascua -12 años-, Mayra Belén Mansilla -11 años y 6 meses-, Gregorio Agustín Núñez -11 años y 6 meses-, Virginia Malvestitti -10 años-, Laureano Espeche Aznarez y Alexander Daniel Alcarez -10 años y 6 meses-, y Axel Vilches -8 años-.
De acuerdo a la investigación llevada a cabo por Federico Reynares Solari, Rodrigo Romero, fiscales del Ministerio Público Fiscal de Rosario y Matías Scilabra de la PROCUNAR, la víctima se había juntado a cenar con un grupo de amigos y después fue a comprar marihuana tras haber pactado un encuentro con Virginia Malvestiti, una de las acusadas de vender droga para la célula de Los Monos que supuestamente gerencia Vinardi en Villa Gobernador Gálvez.
La víctima, al bajar del vehículo para ir al búnker, fue atacado por un hombre que bajó de un Astra estacionado y vestía como policía. En simultáneo, otro sospechoso apareció en la escena y le dio un culatazo en la cabeza. El joven intentó escapar, pero fue obligado a subir al auto de los agresores, donde había otras dos personas.
Luego fue trasladado hasta una vivienda de la intersección de Simón Bolívar y Bomberos Voluntarios, de la ciudad de Villa Gobernador Gálvez. En ese lugar, permaneció cautivo varias horas, mientras comenzaron las llamadas a sus padres para exigirles el dinero por su liberación.
Los secuestradores se comunicaron primero con la madre del joven. A través de WhatsApp, le enviaron audios y una fotografía del chico a modo de “prueba de vida”: en la imagen se veía al joven con los ojos vendados y dos pistolas apuntándole a la cabeza.
La mujer creyó que se trataba de una broma y bloqueó el contacto. Los captores, entonces, le hablaron por medio del celular de su hijo: “Desbloquee a los pibes que le mandaron primero, porque si no a tu hijo no los vas a ver más, así corta la bocha”, la amenazaron en un mensaje de voz.
“Le dimos una hora, doña, ya van 10 minutos. Fíjese lo que va a hacer que esto no es joda. Desbloquee a los muchachos porque voy a empezar a verduguear a tu hijo, viste la foto que te mandé, le voy a mandar un dedo”, la volvieron a intimidar luego.
Durante las negociaciones, los secuestradores exigieron cien mil dólares. Como los padres no contaban con el dinero, posteriormente bajaron sus pretensiones y terminaron aceptando un pago de 10 mil y algunas joyas.
La entrega se hizo en las inmediaciones del Puente Cargill de esa localidad santafesina. El joven fue liberado de madrugada, cerca de las 2. Durante su cautiverio, lo cortaron con un cuchillo y lo golpearon: sufrió fracturas en un dedo, una mano y un codo. También le robaron el short de Independiente, la remera y las zapatillas blancas que vestía.