Lucas Gabriel Salomón (27) era efectivo de la Policía Bonaerense y se estaba capacitando en el predio que tiene la fuerza en Puente 12, La Matanza, cuando recibió un disparo en el cuello. La bala salió del arma que portaba su instructor. Luego de casi tres meses internado, murió el domingo pasado como consecuencias de las heridas que le provocó el incidente.
El fallecimiento fue confirmado por la Asociación de Policías y Penitenciarios Agremiados Buenos Aires (APPA). Despidieron sus restos en una casa de sepelios de Berazategui, de donde era oriunda la víctima.
El 5 de septiembre pasado Salomón y varios cadetes más estaban participando de una jornada de prácticas sobre ingreso a edificaciones y allanamientos. Quien estaba al frente de las tareas -que debían extenderse durante tres semanas- era un subteniente de City Bell, La Plata.
Durante los ejercicios, el arma que estaba manipulando el capacitador se accionó y la bala impactó en el costado izquierdo del cuello del cadete. Le provocó una herida grave en la arteria carótida y sufrió una hemorragia.
Rápidamente, lo asistieron los uniformados que estaban en el lugar y le aplicaron presión en la herida para desacelerar el sangrado. Lo subieron a un patrullero y tres policías lo llevaron hasta el Hospital Balestrini de la localidad de Ciudad Evita, según consta en las actuaciones oficiales de la Fuerza.
En el trayecto, Lucas Salomón perdió el conocimiento, por lo que tuvieron que practicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). Había llegado a la guardia todavía inconsciente pero con signos vitales. Desde el primer momento fue catalogado como un paciente en estado grave.
Luego de que lo estabilizaran en el Balestrini, fue trasladado al Centro Médico Integral Fitz Roy, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, que cuenta con prestaciones de alta complejidad. Atravesó varias cirugías, pero en todo momento tuvo riesgo de vida y los médicos sabían que si lograba sobrevivir era muy probable que no vuelva a caminar por las lesiones que sufrió en la médula espinal.
Tras el incidente se abrió una causa por “lesiones culposas leves” contra el instructor y el caso recayó en la fiscalía descentralizada N° 2 de La Matanza, a cargo de Gastón Duplaa, quien ahora debería la calificación legal.
El representante del Ministerio Público Fiscal no pidió su detención y permanecía en libertad. La Policía Bonaerense lo apartó de la fuerza de forma preventiva hasta que se esclarezca la situación. Tiene un sumario abierto en la Auditoría de Asuntos Internos.
La familia niega que haya sido un accidente
Desde el entorno de la víctima reclamaron que la investigación del fiscal Duplaa considere la hipótesis -hasta ahora descartada- de que hubo negligencia de parte del instructor. “Cuando mi hermano le dijo que estaba despejado para entrar, el instructor le dijo ‘así te van a matar’ y le disparó”, relató Yesica Salomón, hermana del policía baleado, en diálogo con TN.
Lo afirmó a partir de las conversaciones que tuvo con otros cadetes que estuvieron presentes en el lugar. “Hubo medidas de seguridad que se tendrían que haber tomado. Lo primero que tienen que hacer cuando llegan a las prácticas es descargar las armas, y no lo hicieron”, aseguró semanas antes del desenlace fatal.
Malena Cruz, novia del policía, también se sumó al reclamo: “Tenemos al bebé de un año y siete meses que lo espera. Por eso exigimos justicia. Que esto no quede como un accidente. Acá no hubo nada de culpa. Fue un intento de asesinato. No queremos que quede en la nada. En un caso más. Lucas es súper sano, súper correcto y ahora está tirado en una cama”, le dijo al portal El Día.