El jefe de la célula de Los Monos que operó desde 2021 hasta la actualidad en la zona noroeste de Rosario fue condenado este martes. Se trata de Matías César (27), alias “Pino” o “Marta”, que aceptó un juicio abreviado por 20 años de prisión. Otros cuatro integrantes de peso en la estructura también recibieron penas de entre 9 y 20 años de cárcel.
En una audiencia que tuvo lugar en el Centro de Justicia Penal, César dio el visto bueno al acuerdo entre su defensa y el fiscal Pablo Socca, que fue homologado por el Tribunal pluripersonal integrado por las juezas Silvia Castelli, Hebe Marcogliese y Lorena Aronne.
Es la segunda sentencia en su contra, ya que en septiembre de 2021 recibió 20 años de cárcel por organizar atentados a tiros contra domicilios de policías y jueces y edificios judiciales, por orden del líder de Los Monos Ariel Máximo “Guille” Cantero.
“Pino”, a criterio del fiscal, fundó en 2021 la célula que respondía a “Guille” Cantero. Lo hizo en el pabellón 8 de la cárcel de Piñero al hacer una alianza con otros compañeros carcelarios, que fueron Andy Benítez (27) y Julián Aguirre (25), quienes nacieron y se criaron en el barrio Ludueña.
Aguirre y Benítez fueron, según la causa, los encargados de juntar la “mano de obra” de la banda para cometer balaceras, crímenes por encargo, distribución y venta de droga al menudeo, extorsiones y usurpaciones. Ellos también aceptaron el abreviado que, por su actividad, los ubicaba como jefes, y les cabía una pena de 20 años.
Entre 2021 y 2023, en los barrios Ludueña, Industrial y Empalme Graneros se produjeron una serie de enfrentamientos a tiros entre Los Monos y la célula presuntamente liderada por Francisco Riquelme, un preso cercano al condenado narcotraficante Esteban Lindor Alvarado, que se tradujo en homicidios y balaceras con personas heridas.
Aguirre y Benítez solían dar instrucciones a dos personas de manera puntual: Mauro Gerez (30) y Oscar Omar “Nenu” Ramírez (34), sindicados como organizadores de la estructura que cumplían roles puntuales.
“Nenu” Ramírez tuvo una detención mediática en octubre de 2022, cuando la Agencia de Investigación Criminal –ahora reconvertida bajo el nombre de la Policía de Investigaciones– lo siguió al salir del Gigante de Arroyito, donde había asistido a ver un partido de Rosario Central contra Colón de Santa Fe, y lo capturaron cerca de un domicilio familiar.
De acuerdo a los indicios recolectados, Ramírez era una persona de estrecha confianza de Andy Benítez. Su tarea era controlar la distribución y venta de droga al menudeo, la recaudación, el resguardo de cartuchos y armas de fuego. Este martes recibió 12 años de prisión.
En el caso de Gerez, el fiscal lo situó como el “jefe de sicarios” y el encargado de reclutar soldaditos que se encargaban de balaceras y homicidios. Como miembro de la asociación ilícita y la participación en una extorsión le dieron 9 años de prisión efectiva.