Un video captó lo sucedido la madrugada del 10 de octubre pasado en Lomas de Zamora. Allí quedó registrado cómo Leandro Ojeda (33) salió del interior de su auto, que estaba estacionado frente a su casa, y saludó a Matías Jara, alias “Mojarra”, que pasaba por allí y, luego, volvieron a lo que estaban haciendo: uno regresó a escuchar música en su coche, el otro siguió su camino... Pero no tardó en regresar. Estaba armado y furioso; y desplegó una ráfaga de tiros contra el hombre al que acababa de abrazar. 45 días después de ese crimen a traición, finalmente, atraparon al homicida.
Fuentes oficiales confirmaron a Infobae Jara (35) fue capturado el domingo por la noche en un aguantadero hecho con tres chapas de calle Terrada al 3100, de la localidad de Villa Albertina, en el que se guarecía junto a otro hombre. Se escondía a menos de 40 cuadras de donde había asesinado a Ojeda.
Los agentes de la Comisaría 10ª de Ingeniero Budge, bajo la instrucción del fiscal Ricardo Silvestrini, de la UFI N°11, habían hecho varios allanamientos fallidos en base a diversos datos que habían recibido sobre el paradero de “Mojarra”. El que consiguieron el domingo pasado fue el certero. El prófugo intentó escapar y, en la huida, descartó un arma calibre 9 milímetros y un revólver .22 que recuperaron los policías.
Ahora, por orden del fiscal del caso, peritos analizarán la pistola secuestrada para saber si es la misma que usó en el crimen de Ojeda, quien ese 10 de octubre falleció en el acto de un balazo en la frente en el interior del Ford Falcon celeste del que se había bajado minutos antes para saludar a su homicida. “Mojarra” había disparado ocho veces antes de huir a la carrera y a los tiros de la escena del hecho.
El crimen sucedió en la localidad de Ingeniero Budge, sobre la calle Saladillo, entre Baradero y Figueredo. Tal como se ve en el video que encabeza esta nota, Ojeda, sin antecedentes penales, estaba sentado en el asiento trasero del Ford celeste que estaba estacionado sobre la vereda de su casa. Adentro de la propiedad, estaba su mamá.
No bien lo vio llegar a “Mojarra”, Ojeda salió del coche y fue a saludar al que luego fue su homicida. Fue él mismo quien propició ese abrazo. Se dijeron cosas que solamente ellos saben y, después, cada cual regresó a su senda.
La víctima se acomodó en el asiento trasero del coche y “Mojarra” se fue caminando rumbo a la esquina. Cuatro minutos después, el homicida volvería a aparecer por el mismo lugar por el que había llegado la primera vez. Sólo que en esta oportunidad pasó a los tiros y corriendo. Hasta se dio media vuelta no bien cruzó el límite del Falcon de su víctima para dispararle.
Varios disparos dieron en la fachada de la casa en la que estaba la madre de Ojeda; otros en el auto, pero uno atravesó el parabrisas e impactó en la frente de la víctima, describirían las fuentes consultadas. Luego, el homicida se fue corriendo y hasta baleó una de las luminarias de la esquina de la calle Saladillo al 2000 para enmascarar su huida.
Fuentes del caso dijeron a este medio que “Mojarra” no declaró cuando estuvo frente al fiscal Silvestrini. Quedó imputado por el delito de homicidio agravado por el uso de arma y portación de arma guerra y de arma de uno civil.
Ya conoce lo que le espera de ahora en más. “Mojarra” es un viejo conocido del sistema judicial y penitenciario. En 2009, fue condenado por un robo simple. En 2012, recibió la pena de seis años y medio por robo simple y robo agravado y en poblado y en banda. El 18 de noviembre de 2015 salió con libertad condicional.
Pero no dejaría de estar vinculado al ambiente delictivo. En julio de 2021, fue condenado nuevamente a tres años y 10 meses de prisión por portación ilegal de arma de guerra y encubrimiento. En 2022, lo atraparon en flagrancia en una causa por lesiones y amenazas en contexto de violencia de género contra su ex y lo declararon reincidente, pero igual seguía libre al momento del crimen de Ojeda.
En ese contexto, lo que sigue siendo un misterio para los investigadores es el móvil del crimen. Las fuentes consultadas por este medio dijeron que se barajan dos hipótesis: la primera tiene que ver con un problema de vieja data entre ambos por un tema de drogas; la segunda, con una venganza.
“Aparentemente, el hermano de la víctima, días atrás del crimen de Ojeda, baleó en una pierna a ‘Mojarra’, por eso se lo ve rengueando. Esto habría sido su venganza”, especularon las fuentes consultadas sobre la hipótesis por la que más se inclinan, basada en el relato de los testigos del caso.