A más de un mes del crimen de Samuel Medina, conocido como “Gordo Samu”, el yerno del capo narco de Los Monos, se conocieron nuevos detalles de la investigación. Mientras tanto, la Justicia intenta establecer si el asesinato de Andrés “Pillín” Bracamonte, se trató de un “ajuste de cuentas” por el homicidio de Medina.
El yerno de Ariel Máximo “Guille” Cantero fue atacado por sicarios desde una moto el 1° octubre. Recibió 16 disparos mientras conducía un Volkswagen Polo blanco y murió en el acto. Medina viajaba junto con un joven de 18 años que fue trasladado al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria con un disparo en el brazo izquierdo.
Desde entonces, la Justicia intenta establecer los motivos detrás del crimen. En este contexto, la Fiscalía ordenó una serie de allanamientos para poder dar con la moto que utilizaron los asesinos al momento de la balacera. Los procedimientos se realizaron el 19 de noviembre, pero los resultados del operativo se conocieron el lunes, debido al profundo hermetismo con el que se lleva adelante la causa.
De acuerdo con la información a la que pudo acceder el medio local Rosario3, se allanaron cuatro domicilios. Así, en la vivienda ubicada en la calle Valparaíso al 1400, personal de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) secuestró una decena de revólveres y escopetas y más de 200 municiones. En consecuencia, un hombre fue detenido, identificado bajo las siglas M. A. F., por el delito de tenencia ilegítima de armas de guerra y de arma de fuego de uso civil en concurso real. De igual forma, no hallaron el rodado en cuestión.
Tras el crimen de Medina, las primeras medidas de la investigación fueron ordenadas por el fiscal Luis Schiappa Pietra, de turno en la Unidad Fiscal de Homicidios Dolosos del Ministerio Público de la Acusación. Así, recolectaron de la escena del crimen 16 vainas servidas calibre 9 milímetros.
A su vez, en el vehículo de la víctima encontraron 35 mil pesos, un reloj inteligente, una gorra, dos perfumes, cadenas y anillos dorados y dos entradas del partido de Rosario Central y Vélez. Según los indicios recopilados por los investigadores, los agresores habrían empleado una ametralladora durante el hecho.
Un mes después del homicidio del “Gordo Samu”, tuvo lugar el doble crimen de los líderes de la banda de Rosario Central, Andrés “Pillín” Bracamonte y su mano derecha, Daniel “Rana” Atardo.
“Pillín” se encontraba dentro de una camioneta blanca junto a Atardo, en la calle Avellaneda al 700 bis, cuando fue fusilado. Todo ocurrió cerca de los hinchas que salían del estadio y a pocos metros de un conocido bar donde varias personas estaban cenando.
En consecuencia, el fiscal de Homicidios Dolosos Alejandro Ferlazzo instruyó a la División de Homicidios de la Policía de Investigaciones para llevar a cabo la recolección de testimonios, el levantamiento de material balístico y el análisis de las cámaras de videovigilancia en la zona.
Tal como sucede con el caso de Samuel Medina, las autoridades manejan esta investigación con extrema cautela. Por el momento, la Justicia baraja varias hipótesis. Por un lado, en el ámbito del imperio canalla, se rumorea en voz baja que Pillín habría obtenido ciertos beneficios en la causa por lavado de dinero en su contra, a cambio de mencionar algunos nombres de manera aparentemente casual durante interrogatorios. Ese tipo de acciones se paga con sangre.
Por otro, las autoridades plantearon que Bracamonte habría roto un pacto con Los Monos por el control del territorio, algo que disgustó a dos laderos de “Guille” Cantero y ordenaron a uno de sus hombres que actuara en consecuencia para quedarse con los negocios ilegales al rededor del fútbol.
Otra versión señala que el conflicto habría surgido a partir del supuesto “doble juego” de Pillín, lo que habría provocado la ira de Cantero, quien ordenó a su grupo, liderado por su yerno Samuel Medina, que tomara el control de la barra. Medina fue asesinado el mes pasado, y el ataque de “Pillín” podría tratarse de una represalia por ese crimen. Días después de su crimen, Los Monos colgaron una bandera en el estadio Gigante de Arroyito en honor a Samuel, que advertía: “No respetamos a nadie”.
Por último, una cuarta hipótesis apunta a la posible implicación de la familia Alvarado, el otro gran clan narco de la provincia, aunque esta teoría cuenta con menos sustento.