Los nuevos reclamos en la cárcel del capo de Los Monos que se declaró bisexual

Ariel “Guille” Cantero está preso en el pabellón de alto perfil de Marcos Paz, donde insiste con sus habeas corpus en medio de un repunte de la violencia en el que fue asesinado su yerno, “El Gordo Samu”

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"Guille" Cantero en la cárcel
"Guille" Cantero en la cárcel de Marcos Paz

No hay dudas que Ariel “Guille” Cantero, jefe de Los Monos, pasará una larga estadía en prisión, tal vez por el resto de su vida: a la fecha acumula 113 años de condena y podría sumar otros 25. Mientras tanto, parece entretenerse presentando habeas corpus en los que hace los más diversos pedidos sobre su encierro en el penal de Marcos Paz. Entre ellos, ya fue noticia uno en el que se declaró bisexual y poliamoroso para recibir la visita de dos supuestos novios y una novia. Desde entonces, las exigencias no se detuvieron, con varios pedidos analizados tras diversas apelaciones de su defensa por la Cámara Federal de San Martín, con jurisdicción en el penal de Marcos Paz. Todo esto, en medio de un repunte de la violencia en Rosario, en el que fue asesinado su yerno, Samuel Medina”, “El Gordo Samu”.

Una de estos reclamos es la temperatura de su celda. En octubre pasado, el narco solicitó que sea acorde al clima de la época, del mismo modo que la ropa que le proveyeron desde el Servicio Penitenciario Federal. Quiere que sea adecuada al tiempo y de su talla.

En ese sentido, se quejó de que la cantidad de ropa que le dieron los guardias no es la adecuada para que no pase frío, una conducta que, según su defensor, lesiona su derecho a la integridad y dignidad, “y podría también encuadrarse en una conducta vejatoria, cruel, inhumana y degradante, por ser equiparable a castigo o violencia corporal y psíquica”.

Al mismo tiempo, reclamó por su educación, de modalidad virtual. Sostuvo que ese tipo de enseñanza no es eficiente ni igualitaria con respecto a las personas en libertad, insuficiente para poder reinsertarse en la sociedad.

Uriel Luciano “Lucho” Cantero sobrino
Uriel Luciano “Lucho” Cantero sobrino de Guille

En otro habeas corpus, “Guille” también reclamó por las zapatillas que le proporcionó el SPF. Dice que es talla 41 y el calzado que le proporcionaron es 44, es decir, tres números más grandes. “Otra vejación”, aseveró.

Uriel Luciano Cantero, hijo del fundador asesinado de Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero y sobrino de “Guille”, tampoco está conforme con la vestimenta que deben llevar los presos alojados en pabellones de alto perfil. “Resulta indigno, inhumano y estigmatizante atento a que se le brinda un uniforme símil de obrero que nada tiene que ver con un recluso”, alegó su abogado. Al igual que su tío, se quejó del tiempo que le dan para comunicarse con su defensa.

Los llamados tienen un capítulo extra. “Guille” no se siente cómodo con la nueva modalidad: los penitenciarios marcan el número telefónico y, cuando se aseguran que detrás de la línea este la persona a contactar, transfieren la llamada a su pabellón. Sostuvo que los agentes se quedan escuchando sus conversaciones privadas. Aunque nunca vio la escena, asegura que le repiten frases o palabras que él dijo en la comunicación.

Al mismo tiempo, reclamó por el contacto físico con sus hijos, a quienes ve a través de un vidrio tipo Blindex, debido a las nuevas reglamentaciones en las prisiones federales. Los menores no pueden pasar por el body scan debido a las contraindicaciones por su edad. En consecuencia, el narco no puede abrazarlos. Al mismo tiempo, pidió comunicarse con su mamá, Patricia Celestina Contreras, también recluida, por videollamada.

"Guille" Cantero durante el juicio
"Guille" Cantero durante el juicio a Los Monos

No le gusta, a la vez, el modo de las requisas porque, según dice, afectan su intimidad. El líder de la organización que dominó por décadas la zona sur de Rosario debe quitarse sus prendas para la revisión de rutina. Los guardas toman el recaudo de sacarle la parte de arriba, requisarlo, colocarle la ropa y luego, proceden de la misma manera con la parte inferior del cuerpo.

Por otro lado, exigió dejar de tomar el agua de las canillas de la celda que ocupa. Argumentó que no hay garantías de que sea potable, debido a una obra en las bombas del penal. Sin embargo, el SPF indicó que los presos tienen a disposición una provisión de agua filtrada de aproximadamente cuatro litros por interno por día para consumo.

En cuento al agua, surgió otro motivo de descontento: el límite que tiene para gastar en la cantina de la cárcel. “Solo 31 mil pesos”, detalló.

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