Después de siete meses, J.S., la nena de apenas 7 años que había sido llevada a Chile por su madre de forma ilegal en abril, pudo regresar a su casa en Pilar. Por la búsqueda de la menor, Interpol había emitido una alerta amarilla y poco después lograron dar con ella en la capital del país vecino. “Ella declaró que no quería estar con su mamá”, precisaron fuentes del caso a Infobae. La mujer, de 35 años, enfrenta cargos por impedimento de contacto y sustracción de menores.
Finalmente, el regreso tan esperado sucedió durante la madrugada de este lunes, cuando la menor y su padre, Julián, aterrizaron en Buenos Aires.
Desde hace tiempo, los papás de la niña mantienen una disputa en la Justicia por su tenencia. De hecho, años atrás, un juzgado determinó que la nena viva con él y que vea a su mamá solo los fines de semana y los lunes, considerando que la mujer cuenta con múltiples causas abiertas por robos y hurtos.
Este acuerdo se quebró el pasado 15 de abril, cuando Julián no tuvo más noticias sobre su hija. Desde entonces, comenzaron las sospechas de que su madre se la había llevado. Hipótesis que fue confirmada tiempo después, exactamente, el 21 de agosto, cuando J.S. fue encontrada en Santiago de Chile.
Cuatro meses transcurrieron hasta que su padre logró reencontrarse con la menor en el país vecino, aunque no pudieron retornar a su hogar, dado que la nena “quedó con arraigo en Chile”.
“Un acuerdo previo” entre los adultos fue lo que permitió la vuelta de la menor a su casa. La mujer habría autorizado el regreso “para no ser juzgada por sustracción de menor en Chile”. Además, habría “exigido” poder volver a ver a su hija en Argentina, donde está acusada por “impedimento de contacto”, y que “levanten todas las causas penales que están en su contra”.
Lo cierto es que el modo en que logró trasladar a la nena es una verdadera incógnita. Sobre este punto, las fuentes insistieron en que habría usado “documentación falsa”. Y manifestaron: “La Argentina tiene un colador en la frontera porque, en definitiva, no quedó asentado el registro y no hacen bases de datos”.
Para subir al avión que los traería a casa, Julián contaba con la documentación que respaldaba su regreso, y que fue autorizada por el juzgado chileno. “Tardaron más o menos 25 minutos en hacer todo el cotejo, pero cuando aterrizaron en Buenos Aires la nena y su papá quedaron retenidos en Migraciones por más de una hora y media”, narraron las fuentes.
Sin embargo, subrayaron que, a pesar de la estresante situación, la nena “está feliz” de haber regresado a su casa, ya que, previamente, habría declarado que no quería ver a su mamá.
J.S. expresó su deseo de volver a la escuela y reencontrarse con sus compañeros. Es que, durante los meses que pasó en Chile, cursó de forma virtual y perdió contacto con sus amigos. “La maestra enviaba la tarea a su papá y después le corregía. No socializaba con nadie fuera del entorno de Julián”, detallaron a este medio.
Este miércoles, el padre deberá declarar ante Andrés Quintana, el fiscal que lleva adelante la investigación del caso.
Cómo encontraron a la menor
Tras la desaparición de J.S., el pasado 15 de abril, el fiscal de la causa emitió una alerta amarilla de Interpol con la autorización del juez Nicolás Ceballos.
Según informaron fuentes del caso, los investigadores hallaron el lugar donde trabajaba el hermano de T.M., la madre de la niña. Desde allí, lo siguieron hasta un domicilio y advirtieron que en esa vivienda también estaban la mujer y su hija. Justamente, fue en la comuna de Los Espejos, en la capital chilena, donde la detuvieron.
Sobre ella, pesaba un pedido de captura. A su vez, se decretó la rebeldía en el marco de la causa que enfrenta por “robo agravado por efracción y hurto simple”.
Durante el proceso de búsqueda, el fiscal Quintana recolectó diversas pruebas que demostraron que la menor estaba en Chile. Es que, horas después de la desaparición, el celular de su madre no reportó actividad en Argentina, pero sí contaba con un servicio de roaming activado en el otro país.
A su vez, el padre de la nena acercó una foto, aparentemente subida a los estados de WhatsApp de la madre, en la que se observaba a su hija tomando un helado en un local de McDonald’s con un vaso color verde. Ante esta situación, desde la empresa informaron que ese tipo de productos solo se encuentran en el exterior.
También apareció otra imagen, tomada y publicada por la mujer en sus redes sociales, en la que se veía un cartel que hacía mención de Chile en el fondo.