Las amigas de Catalina Gutiérrez confesaron que Néstor Soto “estaba celoso porque estaba de novia”

Las estudiantes de arquitectura hablaron sobre la presunta obsesión del acusado con la víctima y le pidieron que “enfrente lo que hizo”

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Las amigas de Catalina recordaron
Las amigas de Catalina recordaron cómo era la relación de la influencer con el acusado

A casi cuatro meses del femicidio de Catalina Gutiérrez, la joven influencer de 21 años hallada sin vida en su auto a mediados de julio en un descampado de Córdoba, las amigas de la víctima y del principal acusado, Néstor Soto, recordaron cómo era la relación que mantuvieron antes de que ocurriera el crimen. “Cuando me dijeron que había sido él, no lo creía”, recordó una de las jóvenes.

Previo a que la vida de Catalina tuviera un trágico final, Agustina Elías y Aylén Fernández solían compartir tiempo diario tanto con ella, como con el actual detenido. “Nosotras vivíamos en su departamento, estábamos todo el tiempo juntos”, contó Fernández al señalar que formaban parte del mismo grupo de trabajo en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

“Le confiábamos todo a él”, rememoró la joven sobre la amistad que habían construido con Soto, para después reflexionar: “La verdad si fue como un golpe que nos dio la vida de perder a una amiga”. Incluso, señaló que el nivel de confianza que habían desarrollado era tal que hasta solían ir al departamento que el joven alquilaba en la ciudad por la noche.

Luego de que se confirmara que el caso será elevado a un juicio oral, las amigas de Catalina reflexionaron sobre cómo era la relación entre Soto y Gutiérrez durante una entrevista para ElDoce.tv, en donde fueron consultadas sobre la obsesión que presuntamente habría tenido con la influencer. “No lo veíamos como una obsesión de la forma que la fue”, admitió una de ellas.

Los investigadores plantearon que el
Los investigadores plantearon que el crimen ocurrió en el interior del departamento de Soto (Gentileza: ElDoce.TV)

A pesar de que este costado oscuro de Soto no salió a la luz hasta el día que fue detenido por el crimen, las jóvenes reconocieron que solían conversar con el acusado sobre su amiga en común. “Estaba celoso porque Cata estaba de novia”, puntualizó Fernández, al mencionar que -de alguna forma- intentaron explicarle la situación. “Nos sentábamos a hablar y le decíamos: ‘Che amigo, está en el principio de la relación. Obviamente que va a ser todo muy intenso, que se van a ver todos los días y que va a priorizar a su novio’”.

Ante la falta de señales visibles, las estudiantes admitieron que el hecho les generó un doble impacto, debido a que quedaron conmocionadas por la muerte de Catalina, pero también porque el único acusado se trataba de uno de sus amigos en común. “Creo que fui una de las primeras que recibió la noticia, fui a buscarla a Cata y estuve con ella esa noche. Cuando me dijeron que había sido él no lo entendía, no lo creía, claramente, no me entraba en la cabeza”, rememoró Elías.

“Solo quiero que nos vea y que enfrente lo que hizo”, sentenció Agustina al apuntar que el crimen destrozó a todas las personas que supuestamente decía querer y con las que se rodeaba cotidianamente. Asimismo, aseguraron tener presente a Catalina todo el tiempo al manifestar: “Todo nos hace acordar a ella, la sentimos todo el tiempo y sabemos que está con nosotras, entonces eso nos deja un poco más tranquilas”.

Este domingo 17 de noviembre
Este domingo 17 de noviembre se cumplirán cuatro meses desde que la joven cordobesa fue asesinada

La muerte de Catalina

En el transcurso de la investigación, el fiscal del caso, José Alberto Mana, reveló detalles cruciales sobre el asesinato. Según trascendió, el crimen ocurrió tras una discusión en la vivienda del acusado, donde se encontraron pruebas contundentes que vincularon a la víctima con el lugar, como un anillo, cabellos rubios y ropa húmeda en el lavarropas. A su vez, las cámaras de seguridad captaron Soto trasladando el cuerpo sin vida al vehículo, lo que refuerza la acusación de homicidio calificado por alevosía y violencia de género.

La autopsia confirmó que Catalina murió estrangulada después de ser brutalmente golpeada, y su cuerpo presentaba quemaduras que, según los investigadores, fueron infligidas post mortem en un intento de borrar evidencias mediante el incendio del automóvil.

El joven acusado confesó el crimen a la policía, alegando que la víctima era “el amor de su vida”, lo que inicialmente llevó a caratular el caso como homicidio simple. Sin embargo, la gravedad de los hechos y las pruebas recopiladas llevaron a recalificar el delito a femicidio.

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