Lo que comenzó como un secreto a voces en la Escuela de Enfermería de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) ahora se convirtió en un escándalo. Un profesor destapó una trama de presuntas coimas y favores sexuales que un docente exigiría a sus alumnos a cambio de buenas notas.
Las maniobras denunciadas ocurrieron durante el segundo cuatrimestre del 2023, que por el desfasaje que causó la pandemia terminó en marzo de este año. En la primera mitad de ese período el profesor Luis Solórzano había tomado licencia y le cedió su cargo al frente de la materia “Practicantado en enfermería II”, de quinto año, a un docente interino. Cuando volvió algunas semanas más tarde empezó a notar las inconsistencias.
“Yo tomo el segundo parcial y observo que los alumnos que tenían notas elevadas en el primero ahora habían sido aplazados, por lo tanto, había una discrepancia muy grande. Cuando me hace entrega este docente de las pruebas escritas, había parciales que estaban prácticamente en blanco, tenían una o dos respuestas y se habían sacado algunos 4, otros 7 u 8”, describió Solórzano.
De esta manera, el profesor titular de la materia modificó las notas del primer parcial -que había tomado el suplente- y dio aviso a sus superiores. Finalmente, apenas dos estudiantes consiguieron promocionar.
En paralelo, la Fiscalía Federal N° 2 de Tucumán, a cargo de Agustín Chits, recibió una segunda denuncia sobre lo que pasaba en la filial Aguilares de la escuela, con un escrito que contiene más detalles de las maniobras y apunta directamente contra la coordinadora de la institución, la licenciada Adriana Barrionuevo. Esta presentación la habría hecho un alumno, de forma anónima.
“Una de las principales situaciones está relacionada con el intercambio de notas de parciales con dinero, regalos e incluso favores sexuales, esto con total conocimiento por parte de la coordinadora”, indicó el escrito que llegó a manos del fiscal Chits.
El texto sigue: “Es importante destacar que una vez finalizado el cursado de la carrera, con el trabajo final (tesis) a cargo de la Lic. Adriana Barrionuevo, ella misma indica a dónde recurrir para realizar gráficos estadísticos a cambio de una remuneración como último requisito para aprobar la misma”.
Infobae se comunicó con la coordinadora acusada, quien negó categóricamente esta versión: “El trabajo final es orientado por un equipo de la cátedra de Investigación, de la cual no formo parte. Los alumnos buscan un estadístico por fuera de la escuela para que le hagan los gráficos y algunos lo pagan, pero va todo por fuera de la escuela, yo no tengo ninguna injerencia”, se defendió Barrionuevo.
Además, aseguró que recién tomó conocimiento de la supuesta adulteración de notas cuando se lo informó el profesor Solórzano a fines de marzo, y garantizó que le dio curso al trámite para que se investigue de forma inmediata.
La misma denuncia anónima también habla de “viajes dentro de la provincia con los alumnos donde se desconoce el fin o beneficio” de los mismos, e incluso “reuniones donde se consume alcohol”.
Esta versión se complementa con el material que le llegó a Solórzano a través de un pendrive, y que también presentó ante las autoridades. El mismo contiene comprobantes de transferencias, chats de WhatsApp y audios en los que se afirma que elevar la nota de un parcial costaba entre 30.000 y 50.000 pesos. Si se trataba de un examen final, la suma ascendía a 70.000.
El asunto escaló a tal punto que el decano de la Facultad de Medicina de la UNT, Mateo Martínez, brindó una conferencia de prensa este jueves a medios provinciales. En la misma le bajó el tono a la causa y afirmó que oficialmente ellos solo tienen conocimiento de la adulteración de notas, pero no de los intercambios sexuales o las coimas.
Además, confirmó que se inició un sumario administrativo para “asignar responsabilidades específicas” a los involucrados “porque si no queda un manto de sospecha en toda la Escuela”, indicó. “Este triste episodio empaña al conjunto de la comunidad universitaria. Pagan justos por pecadores, por eso esperamos con ansias el sumario para que dilucide la veracidad de los hechos”, declaró Martínez.
El decano resaltó que “la carrera de enfermería es una profesión de riesgo” y en esta línea garantizó que “la gran mayoría de los enfermeros que se forman en esta universidad son personas probas, bien formadas, y tienen examen de ingreso”.
El profesor interino acusado sigue en su cargo, a la espera de que avance tanto la investigación de la Justicia como el sumario interno de la Universidad. “Yo no puedo intervenir una cátedra o poner en stand by a un docente sin que una autoridad me habilite a proceder”, explicó a este portal la coordinadora de la Escuela de Enfermería.
El fiscal Chits recibió esta semana el historial académico de varios estudiantes que habrían pagado coimas y el circuito de exámenes de la institución para reconstruir las presuntas maniobras ilícitas. La principal incógnita que busca esclarecer con esta información es si, de haber ocurrido, se trató de un episodio aislado o era una conducta recurrente dentro de la facultad.