El crimen del jefe de la barra brava de Rosario Central, Andrés “Pillín” Bracamonte, y su ladero Daniel “Rana” Attardo pusieron bajo sospecha a una jefa de policía y a su hermano que es un conocido integrante de la barra canalla. Entre las hipótesis que surgieron en los últimos días, la supuesta interna en la barra y los índicios de que la zona en la que fueron atacados habría sido liberada motivaron a la Justicia a realizar un allanamiento en la sede de la comisaría 9° de barrio Arroyito y el domicilio de la sospechosa. Por el momento, el doble asesinato continúa sin detenidos.
Poco después de que finalizara el partido en el que Rosario Central perdió 1 a 0 contra San Lorenzo, “Pillín” y “Rana” fueron atacados a balazos cuando circulaban en una camioneta Chrevrolet S10 blanca por la calle Avellaneda al 700 bis. Una zona que recaía en la jurisdicción de la novena de Arroyito y que, para los investigadores, resultó sospechoso que el alumbrado público no funcionara al momento de ser abordados por, al menos, tres personas que estaban armadas y de a pie.
A las sospechas de que la manzana hubiera estado liberada por las autoridades para que los líderes de la barra brava de Central fueran baleados se sumaron los testimonios que acusaron a un patrullero de haber pasado por el lugar de los hechos, pero que no se detuvo para constatar lo ocurrido y brindarle asistencia a las víctimas. Ya para cuando fueron trasladados hacia el Hospital Centenario, ambos fueron declarados muertos sin posibilidad de poder ser reanimados.
Como consecuencia de esta serie detalles que descubrieron los investigadores, el fiscal Alejandro Ferlazzo ordenó que la sede ubicada en Joaquín V. González 950 fuera allanada por la División de Asuntos Internos, con el objetivo de secuestrar los celulares de los efectivos que prestaban servicio en esa dependencia y la documentación que pudiera tener vinculación con el doble crimen. No obstante, no se ordenó la detención de ninguno de los agentes que fueron puestos bajo la lupa.
De acuerdo a la información publicada por La Capital, las autoridades judiciales tendrían en la mira a la jefa de la seccional, Débora Savani, quien también es conocida por ser hermana de Maximiliano Savani, un conocido barra de Rosario Central que habría sido cercano a Pillín. Las dudas respecto de su accionar en la causa surgieron de una hipótesis que apuntaría que Bracamonte y Attardo fueron asesinados producto de una interna en la agrupación. Aparentemente, un sector estaba interesado en comercializar drogas en la tribuna, un política que el líder siempre prohibió.
No se trataría de la primera vez que la familia Savani fue involucrada en incidentes de este tipo, ya que otro de los hermanos llamado Nicolás fue víctima de un violento asesinato ocurrido el 12 de abril de 2014 en el camping del Sindicato de Camioneros de Pérez. Asimismo, la oficial contaba con antecedentes penales, puesto que en 2021 fue imputada por peculado de servicios y estafa contra la administración pública junto con el ex subjefe de la Policía de Santa Fe Ariel Zancocchia y otros empleados policiales por haber participado de la venta de autopartes de patrulleros.
Por otro lado, una serie de mensajes mafiosos aparecieron este martes en la fachada del Concejo Municipal de Rosario. Se trataban de pintadas que habrían sido escritas con marcadores permanentes, en donde los responsables escribieron en las puertas la siguiente leyenda: “Cuídense, cobani. Les queda poco. Monos de Comando Bocacha Montoneros. Comando M. Ángeles Paris F.A.P. Comando Pillín PRT-ERP”. Y dejaron una frase muy usada por las bandas rosarinas: “Con la mafia no se jode”.
Fuentes judiciales consultadas por Infobae señalaron que si bien la denuncia no se realizó todavía, el episodio ocurrió, y el Ministerio Público de la Acusación (MPA) ya está al tanto del hecho. En ese sentido, señalaron que se dará aviso a la Unidad de Flagrancia para librar las primeras medidas investigativas, levantamiento de rastros y relevamiento de cámaras públicas y privadas en la zona. Es el operativo tradicional para este tipo de casos.
El doble crimen puso en alerta a todo el arco político provincial y nacional, como así también a la Policía y al MPA. El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, manifestó su postura respecto al asesinato del barrabrava durante un encuentro con los integrantes de la Junta de Seguridad Provincial, tras asegurar que “fue un hecho de conmoción lo que sucedió el sábado porque la figura era reconocida en Rosario, pero la estructura del trabajo en seguridad pública no es la misma que teníamos hace tiempo atrás”.
En este sentido, destacó el rápido accionar de las fuerzas de seguridad y las autoridades para involucrarse en el caso y poder dar con los responsables. No obstante, el mandatario pidió precaución con el hecho ocurrido: “No digo que subestimemos la situación, porque indudablemente el hecho puede traer una escala de una escalada de violencia”, y advirtió que “el Estado está preparado distinto”. Para finalmente concluir: “Quiero valorar lo que hicimos acá, porque la verdad que la caída significativa de los datos en materia de violencia y de seguridad pública, les puedo asegurar que este va a ser el año menos violento de la provincia”.