Marcos Bottaro, el hombre que mató a golpes a su madre en Córdoba a principio de este año, fue condenado en horas de la mañana a cadena perpetua. La víctima, Olga Bernardi, falleció tras permanecer internada durante los primeros días del mes de enero, como producto de las graves lesiones que le ocasionó el joven de 39 años.
La condena fue dictada este martes 12, en un juicio dispuesto por la Cámara en lo Criminal y Correccional de 7ma Nominación, como resultado de una investigación de oficio que llevó a cabo la fiscalía de Alta Gracia. Bottaro estaba imputado por homicidio doblemente calificado por el vínculo, y por mediar un contexto de género.
“Ella no quería denunciarlo al hijo, pero hace muchísimo tiempo que sufría violencia,” había revelado en ese momento una vecina.
Según relataron los testigos, en su mayoría vecinos de la víctima, la mujer —una maestra jardinera jubilada—, sufría reiteradas situaciones de agresión verbal y física de parte de su hijo, quien vivía con ella y se encontraba desempleado.
El último episodio de violencia que Olga padeció fue en su domicilio de la calle 24 de Septiembre, barrio Villa Oviedo, el pasado 3 de enero de 2024. Por las graves lesiones que tuvo debido a la golpiza, debió ser internada de urgencia en el Hospital zonal Arturo Illia. Dos días después, la mujer de 72 años falleció.
Los vecinos de la zona habían visibilizado la situación de violencia de género a través de las redes sociales, denunciando que un familiar era el que golpeaba a la jubilada. A pesar de que el hecho era de público conocimiento, no se había presentado ninguna denuncia formal antes de este grave incidente.
Este dato también fue constatado por fuentes judiciales al diario La Voz: “Se deja expresa constancia que no existían denuncias ni actuaciones previas, por delitos o hechos de violencia familiar, denunciados por parte de la damnificada en contra de su hijo”.
Al momento del arresto, el agresor reconoció la responsabilidad en el hecho. Por tal motivo permaneció detenido en la cárcel de Bouwer, mientras la Fiscalía a cargo de Alejandro Peralta Otonello, avanzaba con la investigación decidía sobre el futuro del acusado.
Previo a que la Justicia dictara el veredicto, Bottaro mostró su arrepentimiento y señaló: “Mi condena no pasa por estar encerrado, a este dolor lo voy a llevar siempre”.
Según publicó Mi Valle Medios, la defensa había cuestionado la constitucionalidad de la prisión perpetua sin posibilidad de salidas anticipadas, argumentando que esta pena violaba los derechos humanos. Argumentó que esta forma de castigo no solo era excesiva, sino que también infligía los derechos fundamentales de los individuos.
A pesar de un acuerdo previo con la Fiscalía, el acusado y la defensa, ésta última presentó dicha solicitud, que fue rechazada por el fiscal debido a que el Código Penal establece que para ciertos delitos no se permite la salida anticipada. Al mismo tiempo, solicitaron que el acusado reciba tratamiento psicológico específico con orientación en violencia de género y participe en actividades laborales como parte de su rehabilitación, reveló el mismo medio.
Antecedentes
Los ataques de violencia que Olga recibía en esa casa no eran los únicos que el hijo realizaba. “Hace dos o tres años atrás ellos vivían con una abuela, a la que también le pegaba”, reveló una allegada a la víctima, a la prensa local. Sobre este padecimiento, relató que la segunda mujer, “estaba quebrada y a veces con los ojos morados”. “A su madre un día vimos cómo la entraba agarrándola de los pelos”, prosiguió.
En tanto, otra residente del barrio contó a través de una publicación, que tiempo antes de que ocurriera el fatal desenlace, Olga había ido a su casa golpeada y llorando. “Le ofrecí llevarla al hospital para que la curen y a la Policía para hacer la denuncia”. Sin embargo, no quiso por temor a que la matara.