Alrededor del cuerpo Andrés “Pillín” Bracamonte se congregaron varias personas. Un video que circuló en redes sociales muestra al grupo desorientado, murmurando y pidiendo ayuda a los gritos. Exigen una ambulancia. Son testigos de uno de los homicidios más impactantes de la historia criminal rosarina. Un asesinato que amenaza con escalar la violencia en la ciudad santafesina.
Bracamonte fue acribillado en el asiento delantero de una camioneta blanca marca Chevrolet. Su mano derecha, Daniel “Rana” Atardo, también fue alcanzado por los balazos. En diferentes publicaciones en X (ex Twitter), algunos usuarios indicaron que se escucharon entre 7 y 10 disparos. Todo sucedió luego del encuentro en el que San Lorenzo venció 1 a 0 a Rosario Central en el Gigante de Arroyito.
En un segundo video se puede ver el ingreso de Atardo al Hospital Centenario. El referente del paraavalancha ya estaba muerto, de acuerdo a las fuentes consultadas por Infobae.
Esa es la escena más dramática de la secuencia: la desesperación es evidente, mientras el grupo intenta abrir a la fuerza la puerta del centro de salud con el cuerpo de “Rana” ya inerte, un guardia de seguridad intenta evitar desmanes. No tiene otra alternativa que permitirles entrar. En el medio se escuchan los desgarradores gritos y varios insultos.
Luego, esas mismas personas cargan el cadáver por los pasillos. Lo agarran de las muñecas y los pies, con la ayuda del personal del hospital. Otros, en tanto, sostienen las puertas para evitar que más personas entren. Las autoridades del sanatorio debieron solicitar refuerzos a la Policía de Santa Fe.
Tras el crimen, el fiscal de Homicidios Dolosos, Alejandro Ferlazzo, dio las primeras directivas a la División de Homicidios de la Policía de Investigaciones para la toma de testimonios, levantamiento del material balístico y relevamiento de cámaras de videovigilancia.
En la nota que publicó este viernes Infobae sobre “Pillín”, por haber comenzado un juicio en su contra por violencia de género, causa por la que pidieron 2 años de prisión efectiva, se había mencionado que este año ya lo habían baleado. Fue el 10 de agosto pasado, cuando en el Parque Alem, a metros de la cancha de Central, lo atacaron desde una moto. Un disparo le rozó la espalda y otro hirió a su pareja en el brazo derecho.
Hace meses que investigadores policiales saben que había comenzado una interna en la barra brava Canalla, donde se señala a una estructura que vende droga al menudeo en la zona noroeste de Rosario como la que quiere “copar” el paraavalanchas.
Se presume que en el marco de esa interna mataron el 1º de octubre pasado a Samuel Medina (24), alias “Gordo Samu” o “Gordo Quique”, pareja de la nuera del líder de Los Monos, Ariel Máximo “Guille” Cantero, quien recibió 16 disparos mientras manejaba un Polo blanco por la zona norte después de la victoria de Rosario Central ante Vélez por 3 a 0.
Después de ese homicidio, en el partido que jugó como local el “Canalla” ante Banfield, se registró una tensa situación, cuando en el primer tiempo, desde la popular que da a Regatas –donde suele estar la barra–, arrojaron bombas de estruendo tras la apertura del marcador del Taladro. En ese momento, un grupo desplegó banderas en homenaje a Samuel Medina que llevaban la imagen de un mono con la frase “Siempre mono, nunca sapo”, que suele usar La Doce.
Otra frase que tenía uno de los trapos exhibidos era “No respetamos a nadie” y estaba acompañada por las siglas LMQ que significan “La mafia quiqueña” –según quedó expuesta en otra bandera–, en alusión al apodo del pariente de “Guille” Cantero asesinado.