La vecina del barrio privado Los Abedules que traicionó a su vecino para hacerle un secuestro extorsivo, fue procesada este viernes con prisión preventiva como partícipe necesaria del ilícito, según confiaron fuentes judiciales a Infobae. Se trata de Yanina P., quien se había aprovechado del estrecho vínculo que tenía con la víctima y su pareja para recabar información de sus movimientos y facilitársela a su amante, líder de una banda de delincuentes dedicada a este tipo de robos.
La decisión fue tomada por el Juzgado Federal Criminal de Tres de Febrero, el cual también resolvió procesar como coautores a los otros seis acusados por el episodio ocurrido el pasado 24 de agosto en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas. Todos los sospechosos se encontraban presos desde principios de noviembre: habían sido detenidos por una orden del juez federal Juan Manuel Culotta luego de un pedido del fiscal Paul Starc, a cargo de la causa.
Tras un análisis de las pruebas expuestas, que incluyó imágenes de las cámaras de seguridad que captaron el secuestro, la Justicia finalmente reconoció la implicación de los acusados y decidió aplicar medidas cautelares tanto para la vecina como para su amante (identificado como A. Simoneta) y los otros ladrones: L. Elo, F. Elo, A. Morales, F. Aquino y D. Ávila.
En detalle, la resolución a la que accedió Infobae dicta la prisión preventiva para Simoneta, L. Elo, F. Elo y Ávila por ser “coautores penalmente responsables del delito de secuestro extorsivo agravado por haberse logrado el propósito de obtener rescate, por la participación de tres o más personas y por haber sido cometido con violencia y/o intimidación contra las personas mediante el empleo de armas de fuego”.
Las mismas acusaciones fueron para Aquino y Ávila, los últimos de la banda, aunque en estos dos casos también se les sumó la agravante de que son agentes pertenecientes a la Gendarmería Nacional.
Los seis también fueron procesados por robo agravado por el uso de armas, cuya aptitud para el disparo no se ha podido acreditar.
Para la vecina, por su parte, pesa la figura de “partícipe necesaria penalmente responsable del delito de secuestro extorsivo agravado por haberse logrado el propósito de obtener rescate, por la participación de tres o más personas y por haber sido cometido con violencia y/o intimidación contra las personas mediante el empleo de armas de fuego y robo agravado por el uso de armas”.
Además, tanto para los delincuentes como para Yanina P. se estableció un embargo en $15.000.000 como garantía para asegurar la indemnización por los daños y perjuicios causados. Los delitos por los que se los acusa tienen una pena mínima de poco más de 13 años de prisión y una máxima posible de 25.
Cómo se desarrolló el secuestro
El hecho por el que están señalados los imputados ocurrió en la noche del 24 de agosto de este año, cuando la víctima, comerciante textil, fue seguida por la banda durante su habitual recorrido para buscar la recaudación de la semana en sus seis tiendas de venta de ropa. Una rutina que solo conocía su entorno más cercano, donde estaba incluida su vecina Yanina que era amiga de su pareja y tenía buena relación con él.
Sin embargo, la mujer traicionó su confianza al darle el detalle de su recolección semanal de ingresos a Simoneta, su amante. Lo hizo con el motivo de planear un secuestro extorsivo contra él. El rol de la mujer, fundamental para que se concrete el delito, fue descubierto por el fiscal Paul Starc a partir de una investigación que se extendió durante los últimos dos meses.
El día del hecho, la víctima hizo la última parada fue la casa de un empleado de confianza en San Fernando, encargado de reunir el dinero de tres de los locales. Luego se dirigió a su casa en Los Abedules. Sin embargo, a solo 200 metros de su barrio, en la avenida Olivos, fue interceptado por una Volkswagen Amarok blanca que se detuvo bruscamente frente a su vehículo, forzando a la víctima a frenar. Rápidamente, tres delincuentes descendieron de la camioneta, rodearon su auto, un Honda HRV, y lo secuestraron.
El comerciante intentó escapar, pero fue golpeado en la cabeza con la culata de un arma de fuego y obligado a sentarse en la parte trasera de la camioneta. Una secuencia que quedó registrada por una cámara de seguridad, cuyas imágenes fueron presentadas como material en la causa.
A los pocos minutos, los secuestradores comenzaron las llamadas extorsivas. Inicialmente, los captores exigieron un rescate de 500.000 dólares, pero el padre de la víctima negoció el pago de 10.000 USD, 1.200.000 pesos, un anillo y una cadena de oro. Los secuestradores, que ya le habían quitado al hombre 500.000 pesos en efectivo y dos iPhones, aceptaron el trato y el rescate fue entregado en Pilar. Luego lo liberaron.