Túnel de San Isidro: los fiscales acusaron de más delitos a los boqueteros uruguayos detenidos

Se trata de Nicolás Carpani Romero, Alan Rodríguez y los hermanos Carlos y César Cazenave Peña, a quienes, además, le pidieron la prisión preventiva por el intento de robo a un banco

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El túnel de San Isidro
El túnel de San Isidro

La investigación en torno al túnel construido en el casco histórico de San Isidro para robar un banco, continúa a paso firme. Ya son cuatro los sospechosos de nacionalidad uruguaya que llegaron detenidos al país y fueron indagados en los últimos días. En un principio, se los había acusado de robo doblemente agravado por su comisión en lugar poblado y en banda y por efracción en grado de tentativa en concurso real con daño calificado.

Ahora, los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari piden sumarle los delitos de falsificación de documento y uso de documento falso. Además, solicitaron la prisión preventiva.

Nicolás Carpani Romero, Alan Rodríguez y los hermanos Carlos y César Cazenave Peña están acusados de ser los ideólogos y edificadores del extenso boquete que tenía como objetivo robar una importante entidad bancaria. Sin embargo, el plan se frustró cuando un hombre descubrió una varilla que emergía de los adoquines de la calle Chacabuco y avisó a la municipalidad.

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la última imagen de los boqueteros antes de que se descubriera el intento de robo (Captura de video)

Para justificar las nuevas calificaciones, los fiscales aseguraron en la descripción de los hechos: “Para intentar robar el banco se contactaron con la inmobiliaria “Organización Acassuso” y alquilaron un inmueble ubicado a metros del objetivo, situado en calle Chacabuco a tan solo cien metros lineales de la entidad bancaria”.

“Para llevar a cabo esa transacción presentaron documentación apócrifa para evitar ser identificados. De tal modo, participaron en la confección de documentos apócrifos insertando una imagen que no se correspondía con la persona titular de dicho documento”, explicaron.

El caso tiene otro detenido, se trata del balsero argentino Alejandro Israel Rosendo “Jony” López, quien ya tiene confirmada la detención.

El caso

El caso salió a la luz el 6 de agosto pasado, cuando un motociclista notó que una varilla metálica sobresalía entre los adoquines frente a la sucursal bancaria ubicada en la calle Chacabuco 444 de San Isidro. Este hallazgo llevó a las autoridades a descubrir un túnel subterráneo, que estaba siendo excavado con la clara intención de violar las medidas de seguridad del lugar y acceder a las cajas de seguridad.

El túnel se extendía desde un galpón ubicado en la calle Chacabuco 567 hasta el banco, a solo 150 metros de distancia de la sucursal. Las investigaciones revelaron que la construcción habría comenzado en noviembre del año pasado y continuó hasta ser descubierto, es decir, nueve meses después.

El último detenido por el
El último detenido por el túnel de San Isidro

Al ser interrogado, Carpani Romero negó haber participado en el hecho, aunque reconoció conocer a Cazenave Peña y a Alan Rodríguez. De hecho, confirmó que es amigo de Rodríguez desde hace más de diez años, vínculo que se fortaleció tras haber sido ambos condenados por el robo de un camión proveniente de Paraguay que transportaba droga.

Pese a su negativa de haber estado involucrado en el intento de robo, Carpani Romero admitió haber viajado a Argentina en varias ocasiones entre enero de 2023 y agosto de 2024, el período exacto en el que se construyó el túnel. Sin embargo, afirmó que durante sus visitas se hospedó en Tigre y no en San Isidro, lugar donde se encontraba la obra subterránea. Cuando se le consultó por su actividad, dijo que “alquila maquinaria”.

Alan Rodríguez, por su parte, se negó a declarar ante los fiscales. En su caso, fue identificado mediante una huella dactilar encontrada en el galpón desde el cual se comenzó a excavar el túnel, lo que lo involucra directamente en el plan criminal.

Los investigadores creen que, al menos, ocho personas participaron del plan, ideado desde febrero de 2023. Incluso, todavía no fue establecido si participó una cuadrilla de albañiles, o si un maestro mayor o un ingeniero civil guio a los delincuentes en la obra, debido a que incluyó perforaciones con barrenas y paredes encofradas para evitar su colapso.

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