Las familias guardaban la ilusión de poder encontrarse nuevamente con sus seres queridos, quienes eran intensamente buscados desde el momento del derrumbe, pero en la tarde del martes recibieron la triste noticia. “Encontraron el cuerpo de mi hijo”, así recibía la noticia el padre de Mariano Troiano, según informó La Capital. “Están trabajando ahí, nos informaron eso en la reunión de la mañana y también nos dijeron que encontraron las losas montadas, muy comprimidas, lo que hace todo más difícil”, había contado esperanzado hace unos días, al mismo medio.
El gasista, de 47 años, vivía en el barrio Villa Evita de la ciudad balnearia de Mar del Plata y tenía una hija, llamada Karen. Ella le había sugerido a su padre que contratara un seguro de vida, según contó la prensa local. Mariano era un apasionado de la pesca, los cuatriciclos y las motos, y disfrutaba pasar tiempo con su familia, así lo reflejaba en las redes. Como parte de su trabajo, también realizaba instalaciones de gas, agua, sanitarios y de climatización. Había viajado a Villa Gesell para trabajar en la obra del hotel, en donde además dormía para no retrasarse con los trabajos. La joven contó que su padre estaba encargado de “modificar duchas, baños, y hacer arreglos estéticos de plomería”, trascendió del medio LM Neuquén.
Matías Alberto Chaspman, quien vivía en la localidad bonaerense de Batán, dentro del partido de General Pueyrredón, es otra de las víctimas fatales del derrumbe. En el Dubrovnik, Matías realizaba trabajos de albañilería, y horas antes de cumplir 28 años, el edificio se vino abajo. Mantenía una relación con Ariana desde hacía casi 10 años y habían formado una familia, con quien además tenía una hija. Matías disfrutaba hacer ciclismo, pasión que compartía con su pareja, y así lo reflejaban a través de fotos que publicaban en las redes. Sus familiares, amigos y conocidos, tanto de Batán como de Lobería y Tamangueyú, lo despidieron con emotivos mensajes.
Por otro lado, Ezequiel Juan Matu, un plomero de 38 años y residente de Mar del Plata, también se desempeñaba como carpintero y plomero. Siempre buscando incursionar en nuevos caminos, había realizado otras tareas como servicios, puerta a puerta de correo y mensajería, comisionistas de encomiendas y transporte de documentos. El joven vivía en el barrio 2 de Abril, a unas veinte cuadras de la playa Varese.
Horas antes, los rescatistas habían encontrado el cuerpo de Fabián Javier Gutiérrez, un carpintero de 54 años con una destacada trayectoria en el ámbito de la construcción. Se encargaba de las refacciones del edificio al igual que Troiano, Matu y Chaspman. Sin embargo, a diferencia de sus compañeros, Gutiérrez era oriundo del conurbano bonaerense, específicamente Merlo. Nacido el 21 de agosto de 1970, Gutiérrez era un experto en el trabajo de la madera, una habilidad que le permitió desempeñarse en diversas obras de construcción.
Aún continúan los trabajos para dar con el cuerpo de Dana Desimone, de 28 años. La joven es la última persona que los equipos de emergencia continúan buscando tras el colapso. Verónica Zamboni, fiscal a cargo de la investigación, lidera las pesquisas sobre el colapso de un edificio ocurrido en la madrugada del 29 de octubre. El incidente dejó atrapadas a varias personas bajo los escombros, tras la caída repentina de grandes bloques de concreto.