- Ezequiel Altamira, de 16 años, murió tras recibir un golpe fatal a la salida de un boliche en Ituzaingó.
- El caso evoca la muerte de Fernando Báez Sosa y revive cuestionamientos sobre inseguridad y violencia adolescente.
- La familia Báez Sosa expresó sus condolencias y se sumó al pedido de justicia en redes sociales.
Lo esencial: el brutal asesinato de Ezequiel Altamira, un adolescente de 16 años que murió tras ser golpeado por un menor en Ituzaingó, reabre temas de impacto en la sociedad argentina. La víctima fue atacada por una banda de jóvenes mientras esperaba transporte con sus amigos, repitiendo un patrón de violencia similar al ocurrido en 2020 con Fernando Báez Sosa, quien fue asesinado en circunstancias comparables. El agresor, un menor de 14 años, fue detenido junto a dos cómplices, en un hecho que plantea nuevamente la urgencia de abordar la baja de imputabilidad y los factores subyacentes a la violencia juvenil.
El brutal asesinato de Ezequiel Altamira a la salida de un boliche en Ituzaingó, conmovió a la familia de Fernando Báez Sosa. A través de sus historias de Instagram, Graciela Sosa expresó su dolor por el homicidio del adolescente de 16 años que murió a causa de un golpe en la cabeza que le provocó otro menor de edad.
Ante el crimen ocurrido, Graciela Sosa no pudo evitar recordar el fatal desenlace que terminó con la vida de su hijo el pasado el 18 de enero de 2020. ”Mis condolencias a toda la familia. Es muy triste perder un hijo. Justicia”, rezaba el mensaje que la mamá de Fernando escribió en sus redes sociales.
A tan solo cuatro años de la salvaje golpiza que un grupo de rugbiers le dio a Báez Sosa, otro hecho de similares características se registró en zona oeste del Gran Buenos Aires. Ezequiel y sus amigos salieron del boliche “The Club”, anteriormente conocido como “Club Leloir”, y se dirigieron a una plaza cercana para esperar un transporte que los llevaría a casa. Alrededor de la medianoche, un grupo de ocho adolescentes pasó cerca de ellos. Poco después, dos de esos jóvenes regresaron y comenzaron una pelea con Ezequiel, quien recibió un golpe en la cabeza y pocas horas después, murió.
Por el crimen, un menor de 14 años fue identificado como el agresor principal y fue detenido junto a su hermano de 19 años y otro joven de 17. Este procedimiento fue un paso crucial para los investigadores que, al mismo tiempo, trabajan en la recopilación de más pruebas y testimonios para entender mejor lo sucedido esa noche. El menor está acusado de golpear a Ezequiel en la nuca y robarle el celular, mientras permanecía tirado inconsciente en el suelo. Tras la agresión, los amigos de la víctima buscaron ayuda en el boliche y alertaron al personal de seguridad, que contactó al equipo de salud del complejo. Ezequiel recibía los primeros auxilios en la plaza y, a pesar de la agresión, logró levantarse y regresar al boliche, donde esperaron un auto para trasladarse a la casa de uno de ellos. Sin embargo, al día siguiente, alrededor del mediodía, cuando intentaron despertarlo, descubrieron que ya no respondía y fue declarado sin vida minutos después.
Lo que le ocurrió Fernando Báez Sosa, quedó registrado en múltiples videos de seguridad y teléfonos móviles, material que fue fundamental en el juicio para entender la secuencia de los eventos que llevaron al asesinato. Las imágenes mostraban cómo un grupo de rugbiers atacaba al joven y sus amigos, mientras conversaban frente al boliche Le Brique, en la ciudad balnearia de Villa Gesell. Fernando fue golpeado repetidamente mientras intentaba defenderse. Los amigos de Fernando y varios testigos indicaron que el ataque fue dirigido casi exclusivamente hacia él, lo que generó una fuerte conmoción y repudio.
Por el asesinato, Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (23), Matías Benicelli (23) y Luciano (21) y Ciro Pertossi (22) recibieron la pena máxima por homicidio, considerados como responsables directos de la muerte. En tanto, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de la ciudad de Dolores encuadró a Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23) y Lucas Pertossi (24) como “partícipes secundarios” en la trama del crimen.