Dos hombres fueron condenados este martes por el crimen del colectivero de la línea K Marcos Iván Daloia (39), ejecutado a tiros mientras manejaba en el barrio Belgrano de Rosario el 7 de marzo pasado. Se trata de Jesús Darío Chávez y Marcelo Fabián Caro, quienes aceptaron un juicio abreviado por el que recibieron una pena de 3 años de prisión de ejecución condicional.
De acuerdo a la acusación del fiscal Patricio Saldutti, Chávez y Caro estaban en una especie de “aguantadero” ubicado en Nicaragua al 2200, donde la Policía de Investigaciones encontró el 8 de marzo pasado la Honda Twister utilizada para el homicidio y las prendas que habían usado tanto el conductor de la moto como el sicario.
En esa casa hubo un total de doce detenidos. Algunos de ellos, incluso, estuvieron también en la audiencia de este martes en el Centro de Justicia Penal, donde se dio una situación curiosa.
Según el acuerdo entre las defensas y el Ministerio Público de la Acusación, además de Chávez y Caro iban a aceptar un procedimiento abreviado otros tres coimputados. Uno de ellos es Alejandro C., pero como todavía no recibió el resultado de la evaluación de la Junta Especial de Salud Mental, su resolución quedó suspendida hasta que se envíe dicho informe.
Distintos fueron los casos de los acusados Eduardo Alvarado y Walter Quiroga, quienes prestaron conformidad a través de sus defensores para un procedimiento abreviado, pero al ser consultados por la jueza Paula Álvarez si comprendían lo que habían firmado ambos dijeron que no. Por eso, se dio por caída su aceptación en el hecho.
Por el homicidio de Daloia fue imputado el 1º de agosto pasado Axel Ignacio Herrera, un sospechoso de 19 años que está sindicado de haber sido el autor de los disparos mortales. De acuerdo a la teoría del caso, fue trasladado en una Honda Twister hasta Mendoza y Guatemala, en la zona noroeste de Rosario, de la cual se bajó para ascender al colectivo como falso pasajero.
Una vez arriba de la línea K, Herrera le dio dos tiros a Daloia, bajó de la unidad en Mendoza y México y volvió a subirse a la moto que lo esperaba a los pocos metros.
Al presunto sicario lo entregó su familia al ver en los medios de comunicación un video que difundió el Ministerio Público de la Acusación con imágenes de los dos sospechosos de haber matado al colectivero.
El propio sospechoso admitió ante sus familiares, que lo increparon al mostrarle las imágenes, que había cometido el homicidio del colectivero a cambio de un dinero –cuyo monto no trascendió por el momento– que necesitaba para saldar una deuda. Uno de sus allegados que declaró ante el fiscal conjeturó que dicha deuda sería por droga, ya que Herrera tiene consumo problemático de sustancias desde los 14 años.
Por su parte, permanece prófugo el conductor de la moto, José Mauricio Maturano, quien ofició de chofer del gatillero.
El gobierno provincial ya anunció en varias oportunidades que ofrece una recompensa de diez millones de pesos para recibir datos que permitan allanar y detener a Maturano.