Acorralado por las autoridades, se entregó ante la Policía Bonaerense uno de los sospechosos buscados por el crimen de Brian Agustín Rodríguez (28), quien fue baleado por un hombre en silla de ruedas tras una discusión en el partido de Moreno el pasado fin de semana.
Se trata de un adolescente de 16 años que, tras presenciar el ataque a tiros, le robó pertenencias a la víctima mientras agonizaba en el suelo y ayudó a escapar al asesino. En el video que registró la escena, se lo ve vistiendo una campera blanca.
Fuentes judiciales comunicaron a Infobae que el menor se presentó anoche por sus propios medios en la Comisaría 8ª de Las Catonas. La entrega se produjo después de una serie de allanamientos en los que fueron detenidos dos familiares suyos por tenencia ilegal de armas de fuego.
Este miércoles, el adolescente se negó a declarar ante la Unidad Funcional de Instrucción N°6 de Moreno, encabezada por Alejandra Piqué, fiscal a cargo de la investigación, junto al auxiliar letrado Sebastián Dileo. Tras la audiencia, fue trasladado a un instituto de menores.
Mientras tanto, continúa la búsqueda del autor del crimen, quien ya fue identificado, al igual que otros dos sospechosos que escaparon, según señalaron las fuentes. A excepción del homicida y la víctima, el resto de los que aparecen en el video son menores de edad.
El crimen ocurrió el domingo, cerca de las 5.45, en la calle La Plata, entre Carriego y Cataluña. Una cámara de vigilancia registró la secuencia. El video muestra al hombre en silla de ruedas, identificado como Moya, transitando por la vereda, acompañado de una chica y un tercer sujeto con un buzo anaranjado, hasta que un auto Peugeot 505 rojo de vidrios polarizados se detuvo frente a ellos.
Del vehículo descendió la víctima. Llevaba una camiseta de Argentina, un short deportivo y una gorra blanca con la visera hacia atrás. El joven caminó hacia el grupo y saludó con un beso a la chica. Luego, enfrentó a la persona que llevaba el buzo naranja e intercambiaron algunas palabras. El conductor del auto, mientras tanto, lo esperaba con las luces encendidas y el motor en marcha. Fue entonces que apareció en escena el menor que se entregó anoche.
El adolescente se acercó al grupo. Mientras el entredicho continuaba, de forma repentina y cuando nadie lo miraba, Moya sacó un arma de sus piernas, le apuntó a Rodríguez a la cara y le disparó a muy corta distancia con una pistola calibre 9 milímetros. Gatilló varias veces y sin mediar palabras. La víctima se desplomó en el suelo y quedó tendido de costado. Había recibido cuatro tiros: uno en la cabeza, otro en el cuello y dos en el abdomen.
La balacera, sin embargo, no terminó allí: el homicida también abrió fuego contra el vehículo, que aceleró para escapar rápidamente del lugar. A continuación, el chico de 16 años se abalanzó sobre el cuerpo, lo revisó y tomó un objeto de color blanco de entre sus ropas. En ese instante, llegó corriendo un quinto sospechoso al lugar y pateó al herido que se encontraba desvanecido en el piso.
Luego, Moya y tres más escaparon, mientras el resto se quedó junto al cuerpo, haciendo gestos de incredulidad. Las adolescentes fueron quienes llamaron al 911 para alertar sobre la situación.
Desde entonces, el autor del asesinato se mantiene prófugo. Las autoridades llevaron a cabo varios allanamientos, pero no lo encontraron y siguen trabajando para capturarlo.
Al margen, continúan recabando pruebas para establecer el móvil del ataque. En ese sentido, los investigadores creen que detrás del crimen hubo una trama amorosa.
De acuerdo con la reconstrucción hecha hasta el momento, el hombre en silla de ruedas y su grupo sentían celos hacia Rodríguez por la cercanía que tenía con una mujer. Por ese motivo, el domingo, un rato antes de la balacera, habían tenido un primer encontronazo. La víctima fue increpada y decidió retirarse, pero les dijo que iba a volver. Cuando lo hizo, lo asesinaron.
A raíz de una versión que circuló tras el hecho, las fuentes consultadas por último aclararon que Rodríguez no tenía antecedentes penales.