Según las palabras de su padre, Leandro Ojeda, el hombre asesinado a traición en Lomas de Zamora, era una persona buena y sin conflictos. “Nadie le va a decir lo contrario”, aseguró Hugo en diálogo con la prensa apenas unas horas después del episodio ocurrido en la localidad de Ingeniero Budge, el cual quedó registrado por las cámaras de seguridad de la zona. Para él, todo el hecho, que ya está siendo investigado por la Justicia, se trató de una confusión.
“No creo que haya sido para él, ese es el tema. Yo quiero justicia, pero no creo que haya sido para él. Acá hubo un confundimiento por parte de ellos, se confundieron, no sé”, dijo este viernes en diálogo con TN.
La conversación con los periodistas la tuvo en medio de su jornada laboral: a pesar de lo sucedido, Hugo dice que no puede cruzarse de brazos y que tiene que seguir trabajando para poder vivir. Fue entonces que recordó a Leandro y contó cómo era su rutina diaria.
“La vida de él era hacer changas porque se cayó en casa y se quebró. Y como no le daban los implantes por no tener obra social, se le quedó el brazo así y solo hacía changas”, relató Hugo sobre el joven de 33 años que murió de un balazo en la frente en el interior del Ford Falcon celeste del que se había bajado minutos antes del crimen para saludar, justamente, a su homicida.
Con respecto al hecho, el padre de la víctima dijo: “Él esperaba que el hermano le traiga las llaves para ir a dormir. Para mí alguien pasó primero, lo vio y no sé como le habrá avisado, pero el otro vino tirando balas. Es una locura venir así, tan ensañados, a tirar, a no importar nada. Él no creo que haya tenido ningún problema porque él no tenía conflictos con nadie, era bueno con todos, le pueden preguntar a quién sea y nadie le va a decir lo contrario”.
Todo sucedió en la localidad de Ingeniero Budge, sobre la calle Saladillo, entre Baradero y Figueredo. Tal como se ve en los videos de las cámaras, Ojeda, sin antecedentes penales, estaba sentado en el asiento trasero del Ford celeste que estaba estacionado sobre la vereda de su casa. Adentro de la propiedad, estaba su mamá. “Mojarra”, el autor de los más de ocho disparos y que huyó a la carrera y a los tiros de la escena del hecho, se mantenía prófugo este viernes por la tarde.
La puerta trasera del auto estaba abierta y no se convirtió en obstáculo para Ojeda ni bien lo vio llegar a “Mojarra”. Enseguida, la víctima salió del coche y fue a saludar al ahora prófugo. Fue él mismo quien propició ese abrazo. Se dijeron cosas que solamente ellos saben y, después, cada cual regresó a su senda.
La víctima se acomodó en el asiento trasero del coche y “Mojarra” se fue caminando rumbo a la esquina. Cuatro minutos después, el homicida volvería a aparecer por el mismo lugar por el que había llegado la primera vez. Sólo que en esta oportunidad pasó a los tiros y corriendo. Hasta se dio media vuelta no bien cruzó el límite del Falcon de su víctima para dispararle: fueron más de ocho los balazos.
Varios disparos dieron en la fachada de la casa en la que estaba la madre de Ojeda y otros en el auto, pero uno atravesó el parabrisas e impactó en la frente de la víctima, describieron las fuentes consultadas.
La mamá de la víctima, que estaba en el interior de su casa cuando se desató la balacera que mató a su hijo, fue quien lo encontró. Tras un llamado al 911, la Policía Bonaerense fue informada sobre el hallazgo de un cuerpo en el interior de un auto estacionado con un balazo en la cabeza. Así encontraron a Ojeda los agentes de la Comisaría 10ª de Ingeniero Budge cuando llegaron a la escena del hecho, que es investigado por el fiscal Ricardo Silvestrini, de la UFI N.º 11 de Lomas de Zamora.