Balearon un cura de Santa Fe con una escopeta en un confuso episodio: denunció que intentaron robarle

Ocurrió en la zona de Máximo Paz, ubicada a ochenta kilómetros al sur de Rosario. La Policía provincial intenta esclarecer el hecho

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La Parroquia San Miguel Arcángel,
La Parroquia San Miguel Arcángel, donde se desempeña el sacerdote (Google View)

Carlos José Sala, el sacerdote a cargo de la parroquia de la localidad santafesina de Máximo Paz, fue baleado con una escopeta en la noche del pasado sábado. Según declaró Sala, de 61 años, se desplazaba en su Chevrolet Onix azul por la ruta 90, cuando a la altura de Santa Teresa frenó sobre un camino de ripio para orinar y fue sorprendido por dos delincuentes, según él mismo, ladrones que intentaron asaltarlo. Actualmente, se encuentra internado en el hospital de Villa Constitución con pronóstico reservado.

Herido, Sala llegó hasta una estación de servicios Shell ubicada sobre la ruta 18, donde pidió auxilio a los playeros, según consta en las actuaciones del personal de la Comisaría 4ª de la Unidad Regional VI, del departamento santafesino de Constitución.

De acuerdo a los testimonios recolectados por la Policía provincial, el hombre llegó lúcido a la estación, con la ropa ensangrentada y en estado de desvanecimiento. Uno de los agentes que se hizo presente en el lugar entrevistó al cura, quien comentó que venía con su auto por la ruta 90 rumbo a Rosario, cuando detuvo la marcha cerca del acceso de Santa Teresa.

Sala afirmó que al bajar del vehículo fue abordado por dos sospechosos encapuchados que lo tiraron al suelo y forcejearon para robarle. No obstante, indicó que logró volver a su auto para irse del lugar. No pudo recordar en qué momento lo balearon.

Consultado sobre si llevaba dinero, el párroco dijo que tenía 80 mil pesos que había recolectado como donaciones. La Policía, por instrucción de la fiscal Analía Saravalli del Ministerio Público de la Acusación, secuestró un maletín gris del interior del auto y una bandolera, donde estaba la billetera de la víctima y pastillas de las que no se tenía precisión sobre qué medicamento eran.

También, por pedido de la fiscal, se hizo presente el gabinete criminalístico para relevar la escena del ataque. Allí, peritos forenses secuestraron dos perdigones de plomo que estaban alojados en una parte del motor del Onix.

Por su parte, el director del hospital de Villa Constitución Julio Isaac explicó en Cadena 3 que el sacerdote “fue sometido a cirugía por heridas de arma de fuego, escopeta en este caso, concretamente. Tiene serias lesiones en toda la parte del pecho y en el abdomen. El cuadro es realmente serio. Está estable hemodinámicamente, conservando la diuresis”.

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