“Mi nombre es Osvaldo López, tengo 61 años, trabajo en una multinacional. Estoy acá porque el día 26 de mayo, asesinaron a mi hijo de 30 años en Tres de Febrero”. Así se presenta el padre de Manuel, un repartidor que fue baleado por motochorros cuando esperaba por un pedido en ese partido del conurbano bonaerense.
Los delincuentes que participaron en el crimen, entre ellos un menor de edad, fueron detenidos y van camino al juicio oral. Sin embargo, Osvaldo busca algo más que una condena: quiere que el caso de su hijo sea recordado.
Junto a su abogado, Matías Morla, consiguió que la Municipalidad de Tres de Febrero colocara una placa con un crespón negro en el sitio donde mataron a su hijo: frente a la pizzería, ubicada en la esquina de Campo de Mayo y Claudio Castro. Allí Manuel fue abordado por los ladrones que intentaron robarle su Honda CG 150 Titán roja. Cuando intentó escapar. le dispararon y murió camino al hospital. Los autores del crimen solo se llevaron su celular.
La placa no fue el final del camino, sino el comienzo. Ahora, Morla y López impulsan un proyecto de ley para que haya cintas negras en cada lugar donde se haya cometido un crimen por inseguridad, tal como se pintan estrellas amarillas para marcar los lugares donde perdieron la vida víctimas de accidentes viales.
En su entrevista con Infobae, el penalista explicó que la iniciativa está motivada “por respeto al luto y a la familia”. “También para que se visibilice lo que está pasando en el conurbano bonaerense. Acá tenemos la suerte que en el caso de Osvaldo participó el juez Mariano González, que hizo justicia en tiempo récord, pero hay gente a la que no le ocurre eso, hay gente que queda en el olvido, ni siquiera saben los parientes qué pasó. La Justicia no hace justicia”, agregó.
En ese sentido, comparó las víctimas de la inseguridad con las de las guerras: “En países serios, por ejemplo, que tuvieron una guerra, dejan como patrimonio cultural el impacto de bala sobre los edificios para que la gente tome conciencia y vea lo que tuvieron que pasar en el pasado y no se vuelva a repetir”.
Por otro lado, Morla se refirió a la baja de la edad de imputabilidad y al proyecto de ley que fue presentado en el Congreso por los ministros Patricia Bullrich y Mariano Cúneo Libarona. “No hay consenso”, afirmó.
En el caso del homicidio de Manuel, continuó el abogado, “estamos viendo la pena de 15 años de prisión” para el menor de edad imputable. Sin embargo, “a Manu le quitaron la vida de manera perpetua. Los menores, independientemente de que le den un mes, 15 años o 20 años, se escapan cuando quieren. No tienen un régimen de seguridad. Eso está a la deriva”, cuestionó.
Por último, Morla apuntó al marco general: la situación de inseguridad en el conurbano. “Estamos en el peor momento. No hay ningún tipo de respeto. La droga está descontrolada. Hay un montón de delincuentes que no saben ni lo que hacen. Armas, consiguen por todos lados. Estamos más cerca de Ciudad Gótica que de la provincia de Buenos Aires”, aseguró.
“(Patricia) Bullrich y (Maximiliano) Pullaro lograron bajar los asesinatos en Rosario. O sea, cuando quieren, pueden. El tema es querer darse cuenta de que no es un asesinato. Es una vida. Es la esposa, es un hermano, un padre que queda sin hijo. Es toda una problemática con mucho dolor, muy profunda”, destacó.
“Lo único que hizo mal el hijo de Osvaldo fue trabajar un domingo de delivery porque le pagaban más. Ese fue el pecado que cometió. Me faltan cuatro años para jubilarme. Yo tenía proyectos con Manuel; sin embargo, todo eso se te va por la borda. También podría haber pensado en nietos, así que tampoco... Y bueno, son cosas que realmente no se están viendo. Por eso, este mensaje es para los legisladores, para que puedan tener empatía conmigo”, remarcó Osvaldo durante la entrevista.
Luego, afirmó: “Después de casi después de cuatro meses, no lo puedo creer. Pienso que estoy volando, estoy como en una pesadilla, con pastillas, con psiquiatras, con psicólogo, no yendo a trabajar y bueno... Vamos a llevar este dolor toda la vida. A los gobernantes que nos gobiernan los queremos para que nos cuiden, pero el gobernante vive su vida y está un escalón más arriba que la persona que le está pagando sus sueldos”.
“¿Y quién tiene la culpa? Yo no le voy a dar la solución. Ellos lo tienen que ver. Mientras haya grieta y peleas no sirve. Yo creo que lo único que puede decidir acá es la gente en el futuro con la democracia, saber votar y saber salir adelante. Pero realmente, lo que me duele, es que la democracia me haya llevado a un hijo con toda la vida por delante”, dijo.
Al mismo tiempo, se lamentó: “Siempre sentí miedo, pero sentí miedo de un accidente. Nunca de que venga una persona así a matarlo a sangre fría y tan cobardemente, porque un delivery, ¿qué defensa tiene? Yo, como padre, exijo que los menores puedan tener cadena perpetua, porque a mí me declararon una perpetua para toda mi vida, porque el día que me muera recién me voy a encontrar con mi hijo”.
-¿Cómo era Manuel?
-Era un ángel, una persona muy presente. Era muy ansioso como yo. Había empezado una carrera musical, se había hecho un estudio al lado de casa, había comprado sus equipos. Su nombre artístico era Perrito Vegano porque él era vegano y una persona muy atenta a los animales.Por él no puedo hacer más nada porque no lo tengo, me lo sacaron, me lo robaron, pero ahora estoy luchando. El dolor que yo tengo en mi corazón es algo que no lo puedo explicar. Para un padre perder un hijo es lo peor. Saber que, aunque lo esperes todos los días, el “hola papá”, ya no está más.