Para acceder al túnel que un grupo de delincuentes construyó con el objetivo de robar un banco en San Isidro, los expertos de la Policía Bonaerense tuvieron que romper una capa de adoquines. Luego, se encontraron con una carpeta de 60 centímetros de cemento y finalmente atravesar un metro adicional de tierra, para una perforación de más de tres metros de profundidad.
Al ingresar, se encontraron con un espacio repleto de materiales de construcción, máquinas para la extracción de tierra, bolsones con material excavado y paredes encofradas, entre otras cosas. Se toparon, también, con una estructura que, lejos de ser una improvisada maniobra criminal, reveló una planificación meticulosa y una ejecución que recuerda a una obra de ingeniería civil. Había un sistema de ventilación que garantizaba el flujo de aire y un tendido eléctrico que proporcionaba iluminación y energía para las herramientas utilizadas, asemejando el entorno a un túnel de minería.
En el lugar también se halló una suerte de altillo con colchones para dormir, paquetes de comida y una cocina improvisada, lo que sugiere que los boqueteros pasaban largos periodos allí.
Hoy, por el hecho, la Justicia de San Isidro detuvo a cuatro sospechosos, entre ellos, tres hampones ligados a la barra del club Nacional de Uruguay. Ayer martes, mientras la investigación continúa para dar con el resto de la banda y los financistas de la obra, Infobae ingresó a la estructura. Lo que se encontró fue al menos llamativo.
El túnel comenzaba en un taller mecánico abandonado ubicado en Chacabuco al 500. Este galpón, aparentemente inofensivo, servía como fachada para la operación clandestina. Allí, los ladrones habían montado una máscara: un falso negocio de placas para la humedad.
En su interior, los responsables cavaron el suelo e instalaron una escalera de madera que daba acceso al inicio de la obra subterránea, que se extendió desde ese taller por cerca de 150 metros en dirección a la entidad bancaria: llegaron a solo una cuadra de su objetivo.
En las paredes de madera, los investigadores encontraron un signo de pesos dibujado con tiza entre flechas que apuntaban hacia el banco, evidenciando la codicia y el objetivo final de los ladrones.
Expertos policiales estiman que la construcción del túnel tomó entre seis y nueve meses. Como fecha de inicio del golpe precisamente se marcó el 1 de noviembre de 2023. La complejidad y el nivel de detalle indican que los autores no escatimaron en recursos ni en tiempo para llevar a cabo su plan. Peritos que participaron en la investigación del célebre “robo del siglo” al banco Río en 2006 inspeccionaron la nueva estructura y afirmaron que esta obra es “mucho mejor” en términos de construcción y planificación, destacando el avanzado nivel técnico empleado.
A pesar de toda la prolijidad de los hampones, la pista que los delató fue un desliz de construcción, que fue descubierta por un repartidor que alertó a los guardias de seguridad del banco sobre una varilla de hierro que sobresalía de la calzada a metros de la sucursal.
Detrás, los ladrones dejaron su vida bajo tierra: una habitación completa con colchones, incluso una cocina con anafe, ollas, sartenes, aceite y condimentos.
Por el intento de robo hay cuatro detenidos. El primer sospechoso arrestado fue Alejandro Rosendo López, alias “Jony”, quien cayó en la zona de islas de Ibicuy, en Villa Paranacito, Entre Ríos. Lo acusan de ser el lanchero de la banda, un transportista del río Paraná con una historia de contrabando de drogas.
Los otros tres son los uruguayos Alan Rodríguez, Nicolás Ignacio Carpani Romero y César Leonardo Cazenave Peña, todos vinculados por los investigadores a la barra brava de Nacional de Montevideo y cuentan con antecedentes penales. Diego Merladet, alias “La Cocona”, otro miembro de la barra de Nacional, investigado por su posible rol en el planeamiento del asalto fallido, fue asesinado en Canelones el mes pasado en un insólito falso allanamiento.
Pese a que la investigación, a cargo de Carolina Asprella y Patricio Ferrari, con tareas encargadas a la DDI de San Isidro, se maneja con hermetismo, se supo que a Rodríguez lo atraparon porque sus huellas fueron halladas en el galpón que la banda usaba como base para cavar el túnel. Allí estaban las herramientas y los planos, más una serie de instrucciones de, por ejemplo, cómo usar los celulares.
En tanto, Cazenave Peña es acusado de haber participado en el planeamiento y la logística del intento de robo. Fuentes policiales consultadas informaron que se trata de un empresario que registra un extenso historial de antecedentes penales. Entre los delitos que cometió en el pasado, se destacan los de rapiña agravada y reiterada; tráfico de estupefacientes en la modalidad de importación; asociación para delinquir; lesiones; y atentado especialmente grave.
También, junto a otros involucrados en el intento de robo en San Isidro, fue acusado de cometer otros robos millonarios en una ciudad costera de su país. Para estos ataques, los hampones se disfrazaban de policías.
El planeamiento fue meticuloso, con jugadas que denotan una mano inversora y posibles testaferros y prestanombres. Algunos meses antes de empezar a cavar el túnel, los ladrones habían alquilado un bar lindero al banco llamado Habeas Corpus para realizar la inteligencia previa al robo. Para rentar el lugar, brindaron una serie de datos y contactos para la garantía. Ahora se sabe que eran todos nombres falsos. Pero lo más llamativo fue encontradon por los fiscales cuando fueron a corroborar la titularidad de uno de los teléfonos de contacto que habían brindado los delincuentes: el ex futbolista e ídolo de River Hernán Jorge Crespo
El túnel por dentro y fuera: más imágenes
fotos y video: Alejandro Beltrame