“Cabeza”, “Cabezón” o “El Ale”. Con cualquiera de esos apodos conocen a Oscar Alberto Alejandro Díaz en Orán (Salta), la zona caliente del narcotráfico en Argentina. Señalado como el sicario más peligroso de esa provincia del norte, fue condenado este lunes en un juicio abreviado a 12 años de prisión por homicidio agravado por uso de arma de fuego.
La pena sabe a poco para tamaño personaje, pero el Ministerio Público Fiscal la fundamenta en el marco probatorio conseguido durante la investigación preliminar, a cargo de la fiscal Claudia Carreras.
En el proceso, Díaz -yerno del capo narco Raúl “Coya” Rojas y vinculado a Cristian “El Gringo” Palavecino, otro pesado del tráfico de drogas en la frontera con Bolivia- admitió su culpabilidad y hasta pidió perdón a la viuda de Marcelino “Chapaco” Valdez Cari, la víctima. Cristian “Tontin” Parada, consorte del sicario en el crimen, aceptó los mismos años de cárcel efectiva.
Ninguno de los dos reveló por qué intentaron meter a la fuerza a Chapaco dentro de la camioneta en la que circulaban ese 21 de junio de 2021. En el forcejeo, se les escapó un tiro que ingresó por el glúteo, atravesó el estómago y el pulmón, causándole la muerte al hombre que intentaban secuestrar.
Luego de ser individualizados por la fiscal Carreras, ambos permanecieron prófugos por más de dos años, con notificación roja en Interpol. Díaz fue detenido en mayo de 2022 en Bolivia.
El acuerdo entre la titular de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Orán, Soledad Filtrín Cuezzo; la defensa de ambos acusados y la querella, además, implicó una reparación de 5 millones de pesos para la ex pareja de Chapaco.
La mujer había declarado como testigo. Aseguró, en esa instancia, que Díaz y Parada buscaban cobrarse un cargamento de cocaína perdido un año atrás, por el que responsabilizaban a la víctima.
De acuerdo al testimonio, al principio la organización le recriminaba a Chapaco por el cargamento, pero con el tiempo dejaron de hacerlo. El hombre, que vivía en Bermejo, del otro lado de la frontera, cruzó a Orán para pasar el Día del Padre y pescar, sin sospechar que lo estaban esperando. Sin embargo, Filtrín consideró que no había evidencias que puedan avalar esa hipótesis. Tampoco que se haya tratado de un crimen por encargo.
“La pena que se les dio es por arriba del mínimo para ese delito y ajustable a las pautas, según las pruebas en el expediente. Hay que destacar que, si bien Díaz tiene antecedentes, es la primera condena que le da a Justicia provincial”, indicó la representante del Ministerio Público a Infobae.
La fiscal recordó que el presunto sicario tiene pendiente un juicio en la justicia Federal. Los fundamentos del acuerdo, que fue avalado por la Sala I del Tribunal de Juicio de Orán, se conocerán en cinco días hábiles.
En tanto, “Cabezón” Díaz permanece encerrado en la Unidad Carcelaria 1 de Salta, de máxima seguridad, donde fue trasladado luego de que el Servicio Penitenciario alertara sobre un posible plan de fuga de la prisión de Orán, con menores medidas de vigilancia.
Quién es “Cabeza” Díaz
El nombre del sindicado sicario del “Coya” Rojas tomó notoriedad tras la publicación de la transcripción de un audio que le adjudican. “Tengo autos, fierros, chalecos y handies”, decía desde la clandestinidad. Por sus servicios, pedía 80 mil dólares a cambio, según las fuentes. Además, se conoció que caminaba custodiado y que se disfrazaba con bigote y gorra para seguir operando en la zona de la frontera.
Poco después fue capturado en Bolivia. La detención fue celebrada en redes sociales por Carlos Eduardo Del Castillo Del Carpio, ministro de Gobierno del país vecino.
Por otro lado, se desarrolla el juicio por el homicidio de Darío Monges, un colaborador político de la provincia que, el 3 de septiembre de 2023, fue hallado asesinado en su camioneta Ford Eco Sport. Los forenses contaron cinco tiros en su cabeza.
Casualmente, un mes antes, Monges había ido a visitar a Díaz al penal de Orán, haciéndose pasar por abogado y con autorización por quien ejercía el cargo de Políticas Penales, Ángel Sarmiento, a pedido del por entonces secretario de Seguridad de la provincia, Benjamín Cruz.
Por ese crimen, están siendo juzgados Roberto Catalino Bejarano y sus hijos, Santiago Ismael y Roberto David, también vinculados al narcotráfico.
Por último, semanas atrás, el procurador de la provincia, Pedro García Castiella, denunció una conspiración narco para matarlo, compuesta por varios actores del narcotráfico local, entre ellos, Palavecino, a quien las fuentes consultadas señalaron como “el protector” de Díaz.