Sebastián Kiczka, hermano del ex legislador provincial Germán Kiczka, se negó este jueves a declarar ante el juez Miguel Faria y la fiscal Silvia Barronis. Está acusado de tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil. Fue trasladado en medio de un fuerte operativo de seguridad a cargo del Servicio Penitenciario de Misiones al Juzgado N°4 de su ciudad, Apóstoles. Tanto él como el ex diputado están alojados en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul, a 50 kilómetros del lugar.
El mayor de los hermanos llegó al Juzgado a las 9.45 en una camioneta de traslado. Fue llevado al interior del Tribunal por personal del GIEP (Grupo de Intervención Especial Penitenciario) pertrechado con escudos y el rostro cubierto. Al acusado le habían puesto un casco y un chaleco antibalas.
No hizo declaraciones tampoco ante la prensa que lo esperaba en las afueras de la sede judicial. A diferencia de su hermano, que hace exactamente una semana ingresó mostrando una sonrisa nerviosa, Sebastián lució siempre serio.
Una vez ante el juez, llegaron las sorpresas. El abogado de Sebastián y su hermano, Gonzalo de Paula, ni siquiera se presentó y solicitó una suspensión, pero Faria no la aceptó y continuó con la audiencia, que duró aproximadamente media hora.
El magistrado le hizo saber al imputado cuál es el hecho por el que se lo acusa y cuáles son las pruebas que tiene la Justicia en su contra. Cuando llegó el momento de hablar para Kiczka, dijo que quería contactarse con su abogado y se abstuvo de declarar.
Tras la audiencia, fue subido de nuevo a la camioneta de traslado y llevado a la Unidad Penitenciaria VIII, ubicada en Cerro Azul, localidad distante 50 kilómetros de Apóstoles, donde se tramita el tramo de esta causa que tiene ramificaciones internacionales.
Para el jueves próximo, se fijó una audiencia de apertura y análisis de los elementos secuestrados este miércoles en la casa de los padres de la pareja de Germán Kiczka, para darle la debida participación a las partes y que ejerzan la facultad de nombrar peritos.
Fue la segunda vez que Faria indagó a Sebastián. En la primera ocasión, el acusado también se negó a declarar, un día después de su detención en la localidad misionera de San Juan de la Sierra, donde se había fugado tras la orden de detención que libró la Justicia. Lo mismo había hecho su hermano Germán, a quien la Policía de Corrientes encontró en un camping en la localidad de Loreto.
El ex diputado declaró hace una semana. En su indagatoria, solo contestó una pregunta realizada por su abogado, Gonzalo de Paula, que también defiende a su hermano Sebastián. Negó las imputaciones en su contra y también que negó haberse escapado de la Justicia. También afirmó que las notebooks y el material sexual infantil encontrado en los dispositivos no le pertenecía. Horas más tarde, la Legislatura misionera lo expulsó por unanimidad.
Sebastián Kiczka, de acuerdo a las pruebas del expediente que trascendieron, estaba visiblemente más complicado que su hermano, con varios chats hallados en análisis a dispositivos. En charla con una persona que sería menor de edad, Kiczka apunta: “Yo me baje una app para ver nenitas...12 años ...”. La otra persona le responde: “Vos me pasaste uno una vez y tenia como 7″. Luego el acusado vuelve a escribir: “Quiero la de 14.... No sé cómo, pero siempre zafó”.
Luego, aseguró haber tenido sexo con menores. En otra conversación, le escribió a otra presunta menor con la que chateaba habitualmente: “ESTOY CON MI VECINITA. La voy a esperar 3 años más máximo”.
La interlocutora le responde: “Pero calmate, Sebastián, tiene como cinco años la nena”. El hermano del diputado remata esa charla con la siguiente frase: “Bueno la voy a esperar 5 años.. Ay Dios, me tengo que sacar esa adicción a las menores”.
Ayer miércoles se llevó a cabo un allanamiento en la casa de los suegros del ex diputado. El juez Faria ordenó el operativo luego de haber encontrado un chat entre el acusado y su pareja, en el que la mujer le dijo a Kiczka que deberían esconder una computadora y un “aparato” con fotos porque estaban “muy a la vista”. Luego, sugirió meterlo todo “en una bolsa” y llevarlo a la casa de sus padres.
En el allanamiento, realizado por agentes de la división de Cibercrimen, se secuestraron dos computadoras del programa Conectar Igualdad y un disco rígido externo que fueron hallados en una bolsa. También se incautaron una CPU y cuatro teléfonos celulares.