Un allanamiento a cargo de la Policía Federal Argentina (PFA) en la Ciudad de Buenos Aires descubrió un depósito ilegal donde se almacenaban alrededor de 40 toneladas de astas de distintas especies de ciervos. La Subsecretaria de Ambiente confirmó este miércoles que el lugar fue clausurado.
El operativo se desarrolló en conjunto entre la fuerza federal y Brigada de Control Ambiental (BCA), en el marco de las políticas impulsadas para combatir la cacería de fauna silvestre. Cuando irrumpieron en el local, los efectivos encontraron decenas de pallets con el cargamento: múltiples cornamentas de varias especies listas para ser comercializadas.
En internet, cada una se vende como decoración alrededor de los 250.000 pesos, e incluso algunas superan ese valor y se ofrecen por encima de los 400.000 pesos si incluyen la cabeza del animal.
El allanamiento en el depósito clandestino fue ordenado por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 12, que subroga el juez Ariel Lijo.
En la Argentina, quienes se dedican al tránsito interjurisdiccional, comercio con tránsito interjurisdiccional, comercio en jurisdicción federal, importación, exportación y reexportación de ejemplares vivos, productos y subproductos de la fauna silvestre tienen la obligación de estar inscriptos en el registro de operadores de fauna silvestre.
La Ley N° 22.421 prevé penas que van desde un mes hasta los cinco años de cárcel para quien “cazare, transportare, almacenare, comprare, vendiere, industrializare o de cualquier modo pusiere en el comercio piezas, productos o subproductos provenientes de la caza furtiva o de la depredación”.
También establece un marco para penar económicamente con multas desde 70 mil y hasta 50 millones de pesos a quienes cometan este tipo de delitos.
En otro allanamiento encontraron patas de elefante y cueros animales
La Brigada de Control Ambiental ya tuvo varios hallazgos de este calibre en el último tiempo. A principios de agosto se dio un fuerte golpe a una red de tráfico ilegal de fauna que operaba en todo el país y tenía un campo de caza ilegal en el norte.
Se hicieron trece allanamientos en simultáneo en distintas localidades del país y detuvieron a cuatro personas. En Dolores, provincia de Buenos Aires, secuestraron 467 productos y subproductos de diversas especies de fauna silvestre: entre ellos dos patas de elefantes mutiladas que sostenían el vidrio de una mesa ratona. Esta a su vez se posaba sobre una alfombra de cuero animal de color blanco y negro a rayas, que se presume era de una cebra.
En las imágenes que difundieron las autoridades, se distinguen esparcidos por el frente de una estancia al menos ocho rifles de caza, cajas con municiones y cientos de “botines” animales. En otra de las fotografías, encima de pallets en el patio de una suerte de depósito, se acumulan astas y cuernos de ciervos y antílopes.
Además, en un campo utilizado para la caza de Santiago del Estero, rescataron a un puma en cautiverio y a tres pecaríes, que fueron trasladados a una reserva de la Dirección de Fauna de la provincia de Santiago del Estero para su liberación. Y en un domicilio particular, se hallaron 23 taxidermias, incluyendo la de un elefante que colgaba como decoración de una de las paredes de la vivienda.
Además de los cuatros detenidos, la investigación tiene bajo la lupa a otros tres involucrados que están prófugos. El total incautado de tres mil trofeos de cazas, decenas de armas y miles de municiones, se presume que oscilaría alrededor de los cincuenta millones de dólares.
El trabajo conjunto se llevó adelante con órdenes del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 2 de Lomas de Zamora, bajo la dirección del magistrado Ernesto Kreplak.