El viudo negro M. Prudente atacaba con total impunidad, lejos de su casa de Pinamar y con nombres ficticios. Las aplicaciones de citas, como Tinder y Grindr, le facilitaban la jugada y elegía a hombres como víctimas, a los que conquistaba con sonrisas, los drogaba y les robaba todo lo que podía ni despeinarse siquiera. Lo que no sabían sus dos presas, que luego lo denunciaron y lo mandaron preso, es que quien los sedujo tenía un pasado oscuro como policía Bonaerense.
Prudente ahora duerme en una celda, acusado de robo bajo la modalidad de viudo negro, en una causa que investiga el Juzgado en lo Criminal y Correccional N°31, a cargo del juez Luis Schlegel, con la Fiscalía N°11 de Daniel Alejandro Togni.
Cuando se examinan las razones por las cuales la Dirección General de Asuntos Internos del ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires exoneró en abril de este año al ahora ex oficial Prudente se entiende bastante su presente como delincuente.
Según pudo saber Infobae, lo echaron de la Bonaerense en abril de este año “tras haber permanecido tres años con su foja con el sello de ‘pase a disponibilidad’”.
Nunca, desde que ingresó a la Fuerza en 2015 tuvo un ascenso y en total sumó 14 sumarios internos. “Cinco fueron por violación de restricciones perimetrales, algunas por violencia de género, otra por disturbios en un boliche, agresiones a compañeros y amenazas”, según pudo saber este medio.
Su final como policía fue tan violento como sus nueve años en la Fuerza: “Ingresó a una vivienda, alguien lo vio y llamó al 911 y, cuando llegaron sus colegas de la Bonaerense, se resistió al arresto y agredió al personal”, describieron quienes pudieron ver su foja de servicio.
Prudente está preso por dos ataques ocurridos el 13 y el 24 de julio pasados en los barrios porteños de Balvanera y Belgrano. Sus víctimas dos hombres, uno de ellos un turista estadounidense, aunque los investigadores sospechan que puede haber más.
El primero que lo denunció fue “El señor R”. Él lo conoció como Martín el 15 de junio pasado por la red social Grindr. Se encontraron en Buenos Aires, en el barrio porteño de Congreso, y pasearon todo el día. Casi un mes después, el 12 de julio pasado, volvieron a encontrarse en el departamento de la víctima de Balvanera.
El supuesto Martín fue quien preparó la cena. En el expediente consta que “El señor R” le sintió “un gusto extremadamente dulce a la comida” pero la droga no le hizo efecto hasta las 4. Se despertó 12 horas después el departamento revuelto: le había robado el celular, cinco relojes, $200.000 y 17 perfumes de marca.
“El señor R” lo buscó en redes sociales, lo encontró y lo delató: “Si conocen a este chico, tengan cuidado con él. Es un ladrón… Vino a robar a mi casa, poniéndome burundanga en la comida. Cuando me durmió, se fue con todo lo que pudo. Dice ser de Mar de las Pampas, pero en su Facebook dice que es de Pinamar. Por favor, ayuden a difundir”. Justamente, ese posteo lo vio “El señor L”, pero después de haber caído en la trampa del vuido negro al que conoció como Juan Carlos.
“El señor L” era un turista estadounidense que conoció por Tinder a Prudente y con quien tuvo dos citas el 23 y el 24 de julio pasados, la última en el barrio de Belgrano, en el departamento que alquilaba el hombre engañado: creen que la droga estaba en el helado, al que le sintió un gusto extraño.
“El señor L” perdió el conocimiento y se despertó casi a las 17 del día siguiente. Le había robado $450.000, un iPhone 15 Pro, una notebook y la llave magnética de acceso al edificio en el que paraba temporalmente.
Poco después, atraparon a Prudente, alias Martín, alias Juan Carlos y ex policía de la Bonaerense: sus tatuajes en los antebrazos y otro sobre Juan Román Riquelme fueron clave.