Condenaron a tres policías de la Ciudad por el crimen de un remisero en Villa Crespo: uno recibió perpetua

El Tribunal Oral Criminal porteño Nº12 determinó por unanimidad que los agentes que mataron a Claudio Romano a balazos no actuaron en legítima defensa. Dos de ellos recibieron seis años de cárcel. Seguirán en libertad

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Claudio Romano tenía 29 años
Claudio Romano tenía 29 años

El Tribunal Oral Criminal Nº12 condenó, por unanimidad, a los tres policías de la Ciudad que, en 2019, mataron de ocho balazos al remisero Claudio Romano en el barrio porteño de Villa Crespo. Uno de los agentes recibió la pena de prisión perpetua, en tanto que sus compañeras fueron sentenciadas a seis años de cárcel. Sin embargo, continuarán en libertad y en actividad, tal como llegaron al juicio oral, hasta tanto el fallo no quede firme.

Darío Ramón Pérez recibió la condena más alta por homicidio agravado por su condición de miembro de las fuerzas de seguridad. En tanto, los jueces consideraron que Claudia Alejandra Beatriz Manzanelli y Daniela Isabel López incurrieron en el delito de lesiones graves.

Los fundamentos del fallo se darán a conocer en cinco días. A partir de ese momento, la querella, a cargo de la abogada de la Correpi María Carmen Verdú, y la Fiscalía podrán recurrir a la Cámara de Casación para solicitar que Manzanelli y López reciban la misma pena que Pérez, tal como lo habían pedido en sus alegatos.

No obstante, se espera que la defensa de los policías también apele la sentencia: van por la absolución de los tres uniformados debido a que consideran que actuaron “en legítimo ejercicio de su deber” y amparados por la “legítima defensa”.

La PFA en en Malabia
La PFA en en Malabia y Castillo, la escena del homicidio (Lihue Althabe)

El día del crimen, luego de dejar a un pasajero en la clínica Fitz Roy, comprar una bebida en un supermercado chino y charlar por WhatsApp con su esposa y su jefe, Romano envió su último mensaje a las 10.49 del 1 de octubre de 2019. Once minutos más tarde detuvo su Volkswagen Polo detrás de un patrullero, sobre Malabia al 900.

Según la reconstrucción presentada por la Fiscalía, el remisero descendió del auto, cubierto de sangre: presentaba seis cortes en el cuerpo (cuatro en el tórax y dos en las muñecas), especialmente en sus manos. Portaba un cuchillo tipo Kerambit.

Así, fue hacia el móvil policial que estaba estacionado. Pérez era quien conducía el patrullero, mientras que Manzanelli, su superior, estaba sentada en el asiento del acompañante. López, por otro lado, estaba en la vereda a cargo de entregar una notificación a un portero de la cuadra.

Romano intentó atacar a Ramón Pérez, quien estaba en el patrullero, causándole lesiones leves. Luego, se enfrentó a Beatriz Manzanelli, quien le disparó en la pierna, dejándolo tendido en el suelo. A pesar de estar herido, el remisero intentó reincorporarse y hacer movimientos imprecisos con el cuchillo.

Claudio Romano tendido en el
Claudio Romano tendido en el asfalto

Pérez le apuntó y le gritó “alto, hijo de puta” y luego le pegó una patada en la cabeza. El remisero recién soltó el arma blanca que llevaba (con una hoja de siete centímetros de largo) inmediatamente después del puntinazo, cuando producto de una secuencia de cinco disparos seguidos, su cuerpo sufrió espasmos.

Los tres policías dispararon a la vez. Una de las balas dio en su tetilla derecha y le causó la muerte. Manzanelli y Pérez dispararon tres veces cada uno, mientras que López lo hizo en dos oportunidades.

La Fiscalía argumentó que, durante el tiempo en que Romano estuvo en el suelo, los policías no tomaron medidas para reducirlo, a pesar de su superioridad numérica.

“El disparo que mató Romano salió del arma de Pérez, pero los jueces no tienen en cuenta que los tres policías lo rodearon y abrieron fuego simultáneamente, de forma coordinada, cuando ya no representaba una amenaza”, indicó Verdún a Infobae, tras el fallo. La abogada está conforme con el veredicto, pero pretendía que la pena más dura alcance a todos los acusados.

“Los videos son clarísimos. Si los policías hubieran reaccionado de forma correcta, estaríamos en un juicio por lesiones contra Romano y no por homicidio. Pérez tenía un punto el cuello y un corte en el dedo anular”, aseguró la abogada.

“Claudio no tenía antecedentes psiquiátricos, no fumaba, no tomaba alcohol y hacía pesas. Sus jefes lo describieron como súper responsable y amable. No sabemos qué pasó en esos 11 minutos, desde que mandó el último mensaje y bajó ensangrentado del auto. Si le pasó algo o le hicieron algo, se lo llevó a la tumba, porque lo ejecutaron”, dijo tajante la abogada.

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