La fiscalía de Lomas de Zamora solicitó días atrás, la pena de prisión perpetua para Diosnel Cazal Piriz, acusado del asesinato de su esposa, Nilsen Ramírez Peralta, ocurrido casi dieciséis años atrás.
Este crimen, que tuvo lugar el 31 de diciembre de 2008 en el partido de Esteban Echeverría, se reactivó recientemente tras años de inactividad en la causa. Según detalló ante el Tribunal Oral en lo Criminal 6 la fiscal Marina Rocovich, se trata de un “homicidio calificado por el vínculo”, vinculado a la violencia de género que sufría la víctima, de acuerdo a lo informado por el portal Diario Conurbano.
Según se relató en la investigación, la madrugada del último día de 2008, Cazal Piriz persiguió y apuñaló a Ramírez Peralta en la vía pública, frente a su domicilio en Remedios de Escalada de San Martín al 1400, en el barrio 9 de Abril.
Más tarde, la autopsia reveló que la muerte fue causada por una herida en el cuello que afectó la vena yugular, indicó Rocovich. De inmediato, los vecinos escucharon los gritos desesperados de Ramírez Peralta y, al salir, la encontraron gravemente herida y por más que fue trasladada con urgencia al Hospital Santamarina de Esteban Echeverría, falleció minutos después.
Por su parte, el imputado, tras cometer el crimen, llevó a sus dos hijas, de 10 y 3 años, a Paraguay, afirmándoles que su madre había viajado a España. Según información de las autoridades migratorias, no hay registros de una salida legal del país para Cazal Piriz y sus hijas y su paradero permaneció desconocido por años hasta que fue detenido en 2021.
Es destacar que los únicos familiares tenía la víctima eran una tía y su marido que vivían en la localidad bonaerense de Morón y con la que solo se relacionaba de vez en cuando. Y fue esa mujer quien reconstruyó los momentos anteriores al crimen y señaló que el 24 de diciembre de 2008 había compartido la Navidad con Nilsen y su familia.
Y fue luego de esa reunión que esa tía de la víctima recibió una llamada. Era la propia Nilsen que le quería comentar algo pero esa conversación fue interrumpida por el femicida, quien tomó el teléfono y no permitió que siguieran hablando. Esa fue la última vez que hablaron con ella.
En tanto, las hijas de la pareja, que crecieron en Paraguay, llegaron a investigar la verdad sobre su madre luego de ser contactadas por ese tío materno mediante las redes sociales. En un principio, las chicas se resistieron a aceptar que su madre estaba muerta -le habían creído a su padre que la víctima se había ido a España y las había abandonado-, hasta que el familiar les envió una foto del certificado de defunción. Y fue la hija mayor la que resultó fundamental en la reactivación de la causa tras viajar a Buenos Aires y declarar contra su padre.
La defensa, por su parte, cuestiona la constitucionalidad de la pena de prisión perpetua y aboga por una condena de 20 años ya que el acusado admitió haber cometido el homicidio y expresó arrepentimiento aunque esto contrastó con los testimonios que subrayan un patrón de violencia en la relación.
Amigos y familiares, como esa tía de la víctima, recolectaron testimonios que presenciaron episodios violentos y revelaron que Ramírez Peralta había manifestado intenciones de abandonar a Cazal Piriz para mejorar su situación, teniendo planes de mudarse a España para buscar una mejor vida con sus hijas.
Ahora, 16 años después, el veredicto del tribunal, que marcará el destino de Cazal Piriz, está previsto para ser anunciado el próximo día martes 17 de septiembre. La decisión será crucial para la justicia de género y la memoria de Nilsen Ramírez Peralta.