A diez años de su estreno, la película Relatos Salvajes se convirtió en parte del imaginario argentino, un término que evoca una mezcla de furia y búsqueda de justicia contra el sistema, o contra los demás. Esta semana, la escena se repitió en Rosario.
Ayer lunes, Antonio Américo P., un hombre de 30 años, condujo su Chevrolet Corsa hasta el cruce de las peatonales de San Martín y Córdoba –donde, desde ya, no está permitido el tránsito vehicular–, en el microcentro de la ciudad, y estrelló su auto contra los vidrios de la sucursal del Banco Nación. Quedó detenido y, según la investigación del fiscal de Flagrancia César Cabrera, habría sido la reacción del hombre luego de haber mantenido una discusión en esa entidad bancaria por un crédito que había ido a solicitar.
El conductor chocó el auto contra los vidrios del sector en los que se encuentran los cajeros automáticos. Antonio P., una vez que se bajó del auto, redobló la apuesta: tomó un cuchillo e intentó dañar los propios cajeros. Toda la situación se dio ante transeúntes y la Policía de Santa Fe, que acudió rápidamente al lugar.
Luego de reducirlo y sacarle el cuchillo, el automovilista fue llevado hasta la Comisaría 2ª, con jurisdicción en la zona. El fiscal Cabrera después dio la orden de que permanezca detenido por el delito de daños, hecho por el que lo llevará a audiencia imputativa en los próximos días en el Centro de Justicia Penal.
De acuerdo a los testimonios recolectados, el conductor furioso trabaja de albañil y este mismo lunes había ido a la mañana al banco a pedir un préstamo. Por motivos que aún no fue fueron explicados, mantuvo una discusión con el personal de la entidad y se fue ofuscado.
En la previa a la audiencia en la que será imputado se buscará hacer una evaluación de Antonio P. para establecer si está en condiciones de comprender la criminalidad de sus actos.
Un episodio similar ocurrió en marzo de este año en Posadas, en una de las oficinas comerciales de Energía de Misiones, ubicada sobre la avenida República Oriental del Uruguay y Rotonda. Allí, un hombre descargó su furia luego de una disputa administrativa por la instalación de un medidor de luz. El individuo, que estaba siendo atendido, se levantó de su silla, la pateó y luego arrojó otra contra el box de atención al cliente. Según pudo saber Infobae de fuentes oficiales de Energía de Misiones, el hombre fue identificado y el organismo presentó una denuncia en su contra.