Marcelo Fabián Bassi, oriundo de Villa Gobernador Gálvez, integrante de un clan familiar narco, fue detenido en las últimas horas en Córdoba, acusado de ser el proveedor de droga de una organización que opera en Rosario y en Villa Gobernador Gálvez, liderada por Facundo “Macaco” Muñoz, preso en el penal de Ezeiza y blanco de un atentado a tiros durante un traslado, en 2017.
Los Bassi tienen una historia de sangre detrás: la familia fue diezmada por Los Monos en su cacería más feroz, cuando acusaron al hermano de Marcelo Fabián de ser el responsable de la muerte de “El Pájaro” Cantero, líder y fundador de la banda criminal, ocurrida en 2013.
Bassi había sido detenido por la misma causa el año pasado, pero fue liberado. Ante una apelación de la fiscalía, se volvió a ordenar su captura, pero cuando la Policía de Santa Fe fue a buscarlo para volver a ponerle las esposas, el supuesto proveedor se había esfumado.
Lo encontraron tras un entrecruzamiento de información entre la División Antidrogas Córdoba y la Policía Federal Argentina. El operativo, realizado por la FPA, fue supervisado por la Fiscalía de Instrucción Móvil del Fuero de Lucha Contra el Narcotráfico de la ciudad de Villa Carlos Paz.
Por último, el Ministerio Público cordobés informó que será traslado al Establecimiento Penitenciario N°9 de barrio Cáceres, mientras el fiscal federal de Rosario Franco Benetti y la PROCUNAR cierran los detalles del pedido de elevación a juicio, al juez Carlos Vera Barros.
La cara de Marcelo Bassi no es nueva en el territorio. Por el contrario, él y su familia protagonizaron uno de los capítulos más oscuros y trágicos de historia del negocio narco en la ciudad de Lionel Messi y Ángel Di María.
Su hermano, Luis “Pollo” Bassi, es uno de los enemigos más acérrimos de Los Monos, la banda narco que se enquistó en el sur de Rosario por décadas. Incluso, en la lista negra de la banda, se encuentra por encima de Esteban Alvarado, el archirrival de Ariel “Guille” Cantero. El clan lo responsabilizó por el homicidio de Claudio “Pájaro” Cantero, el líder acribillado a tiros en mayo de 2013, en la puerta de un boliche de Villa Gobernador Gálvez. En ese momento, Bassi era sindicado como el jefe de una banda local, con influencia en la barra brava de Newell´s, que pretendía hacerle sombra a los Cantero.
Aunque fue absuelto en el juicio en su contra por el crimen, Los Monos ya habían firmado su propia sentencia. Lo culparon de haber organizado -presuntamente, por pedido de Luis Paz, otro de sus adversarios- la emboscada contra “El Pájaro”.
La supuesta vendetta narco dejó una sangrienta huella en las estadísticas criminales de ese año y del siguiente. Los familiares de Marcelo Fabián cayeron uno por uno.
El 31 de diciembre de 2013, fue ejecutado por sicarios Leonardo Bassi, hermano de Luis y Marcelo. El 11 de febrero de 2014, fue el turno de Maximiliano Bassi, otro hermano. Por último, Luis Bassi, el padre de todos ellos, fue acribillado con una ametralladora.
La escena del crimen fue la misma en los tres casos: la remisería familiar ubicada en Villa Gobernador Gálvez.
“Nos están matando como a perros”, dijo una viuda del clan a Perfil, tras el homicidio de su esposo. “Somos víctimas de un plan sistemático para hacernos desaparecer”, agregó en referencia a la presunta cacería que los tenía como uno de los principales blancos.
“Con mi marido tocamos todas las puertas. Pedimos protección y nos mandaron muerte. Tenemos miedo. Recién cuando nos maten a todos van a buscar la verdad”, mencionó en esa oportunidad la mujer.
En 2015, la familia denunció a la provincia de Santa Fe por los crímenes y exigió casi $6 millones en concepto de resarcimiento. “Al negarle la seguridad (a los Bassi) la provincia decide quién vive y quién muere”, afirmó Enrique García Arquiola, el abogado que realizó la presentación.
Pero la saga de crímenes continuó. En marzo de 2019, mataron a Eduardo Cisneros, el suegro de “El Pollo, y a su pareja cuando tomaban mate en el garage de su casa.