Los lujos de la superbanda de ladrones que asaltó a Arturo Puig y Selva Aleman

El mes pasado, la Policía de la Ciudad arrestó a ocho sospechosos acusados de cometer once robos a casas. Entre sus víctimas estuvieron, por ejemplo, Arturo Puig y su pareja, Selva Aleman, fallecida ayer a los 80 años.

La banda, denominada “Bon Vivant”, vivía una vida de lujos. Según fuentes policiales, varios de los integrantes tenían 4 o más vehículos de marcas BMW, Jeep y Mercedes Benz, además de relojes Omega y Cartier. También, se cree que compraron terrenos en diversos barrios privados y alquilaron un departamento en Puerto Madero. Al mismo tiempo, gastaban tiempo de ocio en viajes al exterior.

La organización, con base en zona oeste, era liderada por un histórico hampón que, según las mismas fuentes, fue parte de otra conocida como “los Baby” y fue beneficiado con libertad condicional en medio de la pandemia del coronavirus. Otros de los detenidos se dedicaba, además, a competir en una categoría de automovilismo zonal.

El asalto a Puig y Aleman, cometido el 29 de marzo último, dio inicio a la investigación, a cargo de la División Investigaciones Comunales 13 y el fiscal José Campagnoli.

Ese día, Puig estaba internado por dengue, en la clínica Zabala, y su esposa lo acompañaba. A los ladrones les tomó 10 minutos entrar a la propiedad y llevarse dos pares de aros Swarovski, color ámbar con piedras plateadas; cinco relojes de marca Chronograph, Victorinox, Emporio Armani y Tagheuer; un collar enchapado en oro; siete pulseras de plata; un collar de la casa de joyas Belgiorno y tres mil dólares.

Luego, escaparon en un Citroën C4 Cactus.

Se analizaron cámaras públicas y privadas, con 20 efectivos de la División Extracción y Análisis de Imágenes del Departamento de Monitoreo.

Así, se descubrió cómo la banda cometía sus golpes, con máscaras y guantes de látex y pasamontañas, sin usar sus teléfonos particulares para evitar ser detectados por la triangulación de antenas, celulares de descarte. Circulaban en autos con patentes clonadas, con recorridos especiales para despistar a las cámaras.

Los detectives avanzaron en el modus operandi, a partir de otro asalto cometido el 7 de mayo, en una casa con la presencia de sus dueños. En ese momento, los policías determinaron que robaban en grupo, que se trataba de entre cuatro y seis hombres, de contextura delgada y aspecto joven, que se manejan en forma coordinada, en al menos dos vehículos, sin ejercer violencia sobre las víctimas.

Por otro lado, notaron que las viviendas que elegían tenían un aspecto similar, con portón corredizo y garaje con bajada a subsuelo y puerta de madera plegable o levadiza, debido a que conocían una técnica de apertura.

Tras el minucioso análisis sobre cámaras privadas, del Centro de Monitoreo Urbano de CABA y del conurbano, lograron obtener la marca, modelo y dominios de los autos en los que se trasladaban. A raíz de esos datos y tareas de campo, identificaron a los miembros de estructura delictiva.

De los 20 allanamientos realizados por la Policía de la Ciudad, 15 dieron resultados positivos, en casas, departamentos y garajes en los barrios porteños de La Boca, Puerto Madero, Constitución y Villa Ortúzar, y en las localidades bonaerense de Wilde, Ramos Mejía, Quilmes, Moreno, Bosques, Lomas de Zamora y Monte Chingolo.

De esta manera, fueron secuestrados once autos y camionetas, entre ellos un BMW M135i, y un Mercedes Benz GLC300 y una Ford Raptor, dos motos, los relojes Rolex, Omega Cartier, un estuche de reloj Emporio Armani, joyas de distinto tipo, así como pesos y dólares en efectivo.

Hubo armas también: varias escopetas, una pistola Bersa Thunder 40, un revólver calibre 22 y municiones. Se hallaron herramientas como una amoladoras, guantes y máscaras de látex, una tonfa policial, pasamontañas y ropa negra, como las que usaron los delincuentes en los asaltos.

Al mismo tiempo, se secuestraron más de 50 celulares. Los resultados de los operativos fueron presentados hoy en conferencia de prensa por el jefe de Gobierno Jorge Macri, el secretario de Seguridad Diego Kravetz y el fiscal Campagnoli.

“Vinimos a ordenar la Ciudad y a darle seguridad a los vecinos. Tenemos una postura muy clara sobre el cumplimiento de la ley, pero se hace difícil cuando uno se cruza con una mirada de la Justicia y política, muchas veces garantista. Hace pocos días, volvimos a detener a un delincuente al que habíamos detenido 28 veces. Mi pregunta es para quienes los liberan: ¿Cuántas veces tenemos que detener a un delincuente para que quede preso? No hay sistema de Justicia y de seguridad en el mundo que funcione bien de esta forma”, sostuvo Macri.

“Estamos discutiendo el modelo de sociedad en el que queremos vivir y en eso vamos a ser inflexibles. Pedimos al Congreso por la Ley de Reiterancia. Hay algunos tipos de delitos que no han sido transferidos a la Ciudad todavía y que requieren una norma nacional. Así que nuestro pedido al Congreso es una ley que tiene estado parlamentario y que puede ser aprobada”, explicó.

“Sería la mejor manera de terminar con el garantismo y la puerta giratoria, esa lógica de detener a una persona 28 veces y la dejen en libertad se tiene que terminar, no podemos seguir conviviendo con ese esquema”, cerró el jefe de Gobierno.