Agentes de la Policía Nacional de España detuvieron en Madrid a un hombre de nacionalidad paraguaya con pedido de captura internacional emitido por la Justicia Argentina, acusado de matar a puñaladas a un almacenero que era el amante de su pareja en Morón. Luego del crimen, intentó incendiar la casa para borrar las pruebas, según confirmaron autoridades españolas y argentinas a Infobae.
El detenido es Luis Miguel Zapata Simón, quien también robó el celular de la víctima como parte del plan para eliminar cualquier vínculo con el salvaje episodio, en el que habría contado con la ayuda de su primo, identificado como Marco Antonio Egerina Quintana. La autopsia a la víctima encontró dos cortes profundos en el pecho, uno en el pulmón y otro en el tórax. El cuerpo fue carbonizado en el incendio posterior.
Ante la sospecha de que podría haber salido del país luego de que su primo fuera detenido a comienzos de agosto en la ciudad paraguaya de Ñemby, la Justicia argentina emitió una orden de captura internacional en su contra por el delito de homicidio doloso, hasta que finalmente descubrieron que vivía en la capital española.
Los investigadores creen que el fugitivo primero se trasladó de Argentina a Paraguay y, posteriormente, voló a Madrid. Con ese dato, se solicitó colaboración a la Policía española y tras una rápida investigación, lo capturaron mientras caminaba por la calle el domingo pasado.
Tras su arresto, Zapata Simón fue puesto a disposición del Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional de España. El pedido de captura para capturar a ambos acusados, firmado por el Juzgado de Garantías N°4 de Morón, es por el delito de homicidio agravado por la premeditación y la participación de dos personas, junto con el delito de robo. Zapata Simón, si es hallado culpable por un tribunal, podría ser condenado en su contra.
La Dirección de Cooperación Policial Internacional de la PFA, a cargo de la oficina de Interpol Buenos Aires, colaboró en el caso., tras recibir el pedido de captura. Se analizó la información migratoria de Zapata Simón, que registraba un ingreso legal a Argentina, pero nunca obtuvo un DNI nacional. Tampoco se registra una salida. Tras el crimen, se sospecha que dejó el país por un paso ilegal.
La siguiente pista llegó de Paraguay, que aportó sus datos migratorios: allí, se descubrió que Zapata Simón voló con rumbo a España.
Egerina Quintana, de 25 años, en cambio, sí registraba un DNI argentino, número 96 millones. Su domicilio declarado era un departamento en un edificio ubicado en medio del centro comercial de Morón.