Así juraba venganza el narco de la ametralladora antes de volver a ser detenido: “Ya muy pronto me van a ver por allá”

El narco peruano Henry Hans Zambrano, más conocido como “el narco de la ametralladora”, volvió a ser detenido en la Villa 31 por la Policía de la Ciudad, pese a que fue expulsado a su país en mayo por pedido de la Dirección Nacional de Migraciones y de un juzgado en lo contencioso administrativo federal. Fuentes del caso indicaron que estiman que logró ingresar por un paso clandestino de Jujuy, desde Bolivia, y llegar al barrio de Retiro, en busca de venganza.

Zambrano llamó la atención de las autoridades luego de ser acusado de balear a un hombre con quien mantenía una disputa por la venta de droga al menudeo en el sector bajo su dominio, sobre las vías del ferrocarril, entre el sector denominado ex Containera y la calle Saldías, donde florecen las chatarrerías.

Precisamente, fue en esa calle donde fue recapturado por efectivos de la División Investigaciones Antidrogas Zona III. Cuando percibió que iba a ser arrestado, el narco se resistió a su identificación a las patadas. No estaba armado y fue reducido con facilidad.

A sus 32 años, el líder de su propio clan acumula varias causas en su contra por comercialización de estupefacientes y uso de armas de fuego. Su nueva detención está a cargo de la Unidad de Flagrancia Este, a cargo de Santiago Almeida.

El narco había sido extraditado a Perú el 27 de mayo pasado, por un pedido de expulsión que data del 2017. Desde su país grabó un video, que subió en redes sociales, en el que adelantaba que volvería a Argentina. El registro fílmico, al que tuvo acceso Infobae, comienza con “Hans” entonando la letra de El Patrón del Mal, de Narco Rap: “Crecimos con coraje defendiendo nuestro honor al narcotráfico”, canta mientras mira a la cámara de su celular y maneja por las calles de un barrio peruano.

“No se confundan gente, yo estoy disfrutando lo mío. Ya muy pronto me van a ver por allá. Andamos por acá haciendo una chinga perica. Esos que se andan portando mal (se ríe), ya los voy a ver. A esos que le gusta meterse con la familia, ¿no? Van me van a ver, me van a ver muy pronto”, amenaza. Luego, vuelve a la canción que suena en el vehículo: “Todos los días platicando con la muerte. Somos los patrones del cartel del noroeste”.

Y reitera: “Ya saben gente, muy pronto nos vamos a ver”. “Quieren matarme pos se muere el que lo intente. Yo jugaba con las armas como si fuera un juguete”, remarca sobre las letras del tema mientras transmite en vivo.

Las fuentes indicaron que el motivo del regreso de Hans fue el de “poner orden”. “La víctima se habría negado a vender para él y lo habría enfrentado. Terminó golpeado y con dos tiros en las piernas”, señalaron.

En el procedimiento de su detención estuvieron presentes el Ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, y el Secretario Diego Kravetz.

“Los delincuentes tienen que estar presos. Los narcos todavía más. Y los extranjeros que delinquen tienen que ser deportados para siempre. En la Ciudad no hay lugar para los narcos. Adonde se escondan los vamos a ir a buscar”, remarcó Wolff.

El 15 mayo de este año, “Hans”, que tenía pedido de captura y expulsión del país, desde agosto de 2017, fue arrestado por efectivos de la Unidad de Prevención Barrial de la Policía de la Ciudad, en el cruce de las calles Colibrí y Chejolan.

Once días más tarde, a las 21, se hizo efectiva su expulsión. En ese momento, fue notificado de que no podía regresar a la Argentina.

El ingreso a la Villa 31 por la calle Saldías lleva a un pasadizo de metaleras que, según investigadores en el terreno, tienen dueño. Se trata del peruano Henry Hans Huamani Zambrano, el jefe narco célebre por haber posado con una ametralladora y haber sido filmado disparando, por diversión y desde un balcón, contra la Facultad de Derecho de la UBA y el Patio Bullrich.

“Hans” es líder de una familia ex aliada del ex capo Alionzo Rutillo Ramos Mariños, alias “Ruti”. El clan ganó peso propio a fuerza de plata y plomo. Son vinculados a homicidios, amenazas y mutilaciones. Aunque fueron allanados numerosas veces a lo largo de los años, su dominio seguía vigente en la ex “Conteinera”, un sector de la 31bis, comprendido por las manzanas 11, 12, 13, 14 y 104.

En 2018, el juez federal Julián Ercolini y del fiscal Jorge Di Lello pidieron la captura del narco por las balaceras contra la Facultad y el shopping. Al mismo tiempo, el por entonces ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo, denunció las amenazas e intimidaciones que el peruano ejecutó contra los empleados estatales que trabajan en una de las obras de urbanización del barrio.

Zambrano fue detenido y regresó a su hogar en Retiro tras purgar la pena de tres años de prisión que acordó en un juicio abreviado, por venta de drogas y la tenencia del arma de guerra, marca “Halcón” y con numeración suprimida, que fue encontrada en su casa durante los allanamientos de una brigada antinarcóticos de la Policía porteña.

El narco reapareció en octubre de 2021 en el desalojo de un predio del barrio, en el que buscaban establecerse unas 100 familias. Entre las personas que intentaban resistir a las topadoras del gobierno de la Ciudad para construir una escuela, algunos vecinos reconocieron a Hans.

Di Lello, que murió en febrero de 2021, había considerado, al elevar la causa a juicio, que Hans, junto a su hermano José Antonio Huamani Zambrano, lideraban la banda y se encargaban de “asegurar y consolidar a la fuerza su dominio en la zona”. 

En la instancia posterior, la fiscal general Fabiana León se apartó de esa calificación y determinó que los elementos que constaban en la causa eran suficientes para probar que los acusados integraran una estructura “dedicada al tráfico de droga de manera organizada” pero consideró a los miembros del clan como partícipes secundarios de la comercialización de estupefacientes.

El juez de Cámara Enrique Mendez Signori coincidió con la fiscal y accedió al acuerdo, en el que se declaró al narco de la ametralladora reincidente por haber sido condenado, en agosto de 2017, a cuatro años de prisión por el mismo delito. En esta oportunidad, a la tenencia de estupefacientes con fines de comercialización; se le sumó la tenencia ilegítima de arma de guerra.