Erika C., de 44 años, y B., su hijo de 18, fueron detenidos por la Policía de Santa Fe en Rosario por la posesión de varios celulares robados. Según indicaron indicaron fuentes policiales a Infobae, los encontraron mediante el sistema de la geolocalización de un iPhone robado recientemente.
La causa en contra de la madre y su hijo comenzó luego de que un joven de 24 años alertó al 911 que desconocidos le sustrajeron dos teléfonos iPhone, un 8 y un 14, 15 días antes y que gracias al buscador que tenía activado, sabía que los celulares estaban prendidos en la zona de las calles La República y Barra, en el barrio Empalme Graneros.
Con ese dato, los oficiales se dirigieron a la zona en compañía de la víctima, quien contaba con un dispositivo electrónico que reproducía un sonido en el celular robado. A pie, los policía recorrieron la zona hasta que finalmente llegaron a un pasillo donde se encontraba un departamento desde el cual se detectó la señal del teléfono.
Cuando los agentes tocaron la puerta, los atendió Erika, quien no dudó en dejarlos pasar. La mujer estaba acompañada por sus hijos, de 16 y 18 años. Los oficiales le comentaron la situación que investigaban.
Allí, la mujer les dijo que su hijo mayor se dedicaba a la reparación de celulares.
Según registros previsionales a los que accedió Infobae, el hijo registra como actividad principal en la AFIP la reparación y mantenimiento de equipos de telefonía y de comunicación. Su mamá, en cambio, se dedica a la venta al por menor de pan y productos de panadería. También, recibe una Asignación Universal por Hijo y está afiliada al plan de ANSES para acceder a una garrafa de gas.
Enseguida, para demostrar que no mentía y que su hijo efectivamente era un “técnico” que reparaba teléfonos, Erika le mostró a los policías una gran cantidad de celulares que había en el departamento. Entre ellos estaba el iPhone 8 Plus de color negro que fue denunciado por el joven de 24 años, quien demostró mediante el número de IMEI que coincidía con el equipo electrónico robado.
Al corroborar que se trataba del mismo aparato, la fiscal Andrea Vega, de la Unidad de Flagrancia, ordenó la detención de la mamá y el hijo, además del secuestro de todos los teléfonos celulares que estaban en la vivienda. En total había más de 30 celulares. Además, incautaron cuatro notebooks, baterías y fundas para distintos teléfonos. El operativo fue realizado por el personal del Comando Radioeléctrico de la Policía de Santa Fe.
Según fuentes policiales, la madre se descompensó producto de la situación y fue llevada al policlínico San Martín, donde fue atendida.
En ese sentido, indicaron que tras algunas horas donde se labraron las actuaciones, los acusados fueron liberados, con una causa en su contra por el delito de encubrimiento.
Cómo obtuvo B. el teléfono robado es algo que queda por verse.