Pedro Daniel Barrientos tenía 65 años, era chofer de colectivo y estaba próximo a jubilarse. Murió el 3 de abril de 2023 durante la madrugada tras ser baleado por delincuentes mientras realizaba su recorrido por la localidad bonaerense de Virrey del Pino, en el partido de La Matanza. Finalmente, a más de un año del crimen, tres de los sospechosos acordaron tres años y tres meses de prisión de cumplimiento efectivo en un juicio abreviado.
Se trata de Rodrigo Pititto (24), Miqueas Fernández (20) y Mariano Alderete (19). Todos ellos estaban acusados de robar el vehículo Fiat Siena con el que dos homicidas se fugaron de la escena tras atacar al chofer de la línea 620. De acuerdo a la información que brindó el medio de noticias El Uno, el auto había sido robado días previos al asesinato de Barrientos.
Por su parte, la fiscalía apunta a dos sospechosos. Pero este lunes, solo uno de ellos se presentó: Edgardo Muñoz, alias ‘Magú’, de 22 años. Sería el ladrón que subió al colectivo para robarle a Barrientos junto a su cómplice, según dio a conocer el portal citado.
Asimismo, está imputado de “robo agravado por el uso de arma de fuego y homicidio agravado criminis causa”. El delito tiene una pena en expectativa que es la de perpetua, en caso de que sea hallado culpable.
En tanto, la Justicia identificó al otro presunto delincuente. Sin embargo, se trata de un sospechoso que, cuando ocurrió el violento episodio, era menor de edad, según informó Noticias Argentinas.
La jueza Andrea Giselle Schiebeler fue quien presidió el juicio, junto a Matías Rouco y Nicolás Grappasonno, del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de La Matanza; y Carlos Luppino es el fiscal.
Cómo fue el crimen
El asesinato de Daniel Barrientos generó gran conmoción en el conurbano bonaerense y en toda la provincia de Buenos Aires. “Daniel era un tipazo”, aseguraron los compañeros de la víctima tras la noticia de su fallecimiento.
El asalto que le costó la vida a Barrientos ocurrió en el barrio Vernazza de Virrey del Pino. Allí, un grupo de delincuentes abordó el vehículo a las 4:30 para cometer un robo. Un efectivo de la Policía de la Ciudad, que volvía de prestar servicio, estaba a bordo del móvil. Y al ver a los ladrones, comenzó un tiroteo.
Según declaró el efectivo de la fuerza porteña, quien fue considerado testigo por el fiscal Gastón Duplaá y no fue acusado de ningún delito, tuvo un breve enfrentamiento armado con los ladrones al identificarse y uno de ellos, al descender del colectivo, le efectuó un disparo en el tórax al chofer.
A Barrientos, con domicilio en González Catán, partido de La Matanza, y casi 30 años de trabajo en la empresa que controla la Línea 620, le decían “El Capitán” por su particular forma de liderar el equipo de trabajo, ya que era uno de los más grandes y experimentados.
“Era un chofer excelente. Siempre esperaba a la gente que venía corriendo para subir el colectivo y a los que no tenían la SUBE los llevaba igual”, aseguró Héctor, amigo de la víctima, quien se quebró en llanto al recordar a su amigo, en diálogo con C5N.
Era un empleado muy querido dentro de la empresa y solía tener un muy buen trato con los pasajeros. “El señor ni siquiera le cobró el boleto a mi hija esta mañana. Eran las 4.40 e iba con mi nieta de 8 años al hospital porque tiene una discapacidad”, dijo Virginia, una pasajera del colectivo, en diálogo con C5N.
Tras el crimen, choferes de otras líneas llevaron adelante un paro de transporte. Además, en medio de la protesta para exigir justicia, Sergio Berni, quien en ese momento era ministro de Seguridad de la Provincia, recibió un golpe por un grupo de manifestantes.