Una discusión habría sido la antesala del desenlace fatal. La subteniente Verónica López, de 42 años, sacó su arma reglamentaria y le disparó en la nuca a su pareja, el sargento Javier Maximiliano Gauna (39). Luego, se recostó sobre el cuerpo tendido en el suelo y se puso su pistola en la sien. Volvió a apretar el gatillo y se desplomó. Cuando llegaron al lugar, los médicos del SAME notaron que ambos vestían el uniforme azul de la Policía Bonaerense. Esa es la escena que describieron los investigadores del crimen seguido de suicidio ocurrido en el patio de una casa de Florencio Varela.
El hecho ocurrió la mañana del sábado en la vivienda ubicada en Río Samborombón al 2500, a dónde había llegado la pareja de policías tras prestar servicio en el Comando de Patrullas de ese distrito, indicaron fuentes policiales a Infobae.
Momentos antes, la madre del sargento escuchó que discutían. Instantes después, las dos detonaciones. Pocos minutos más tarde, la emergencia constató que estaban muertos.
En la escena, un detalle convenció a los investigadores que estaban frente a un homicidio seguido de suicidio y que había sido López quien disparó. Sucede que la pistola calibre 9 milímetros de Gauna estaba guardada y asegurada en su cartuchera, mientras que la de la mujer quedó a un lado de su mano izquierda, que estaba semiabierta, precisaron las fuentes. Sin embargo, no descartan, por el momento, otras hipótesis, como la participación de una tercera persona.
La fiscal Karina Gallo de la UFI Nº4 del Departamento Judicial Quilmes, dispuso que Gendarmería realice las pericias pertinentes para terminar de cerrar el caso y despejar toda duda.
La despedida en redes
“Desde nuestro lugar, con un dolor inmenso… Hoy vivo con la injusticia de tener que despedirme de mi tío. No era solo un tío, era mi hermano con el que me crié, era mi amigo de charlas y consejos. Las personas que lo conocen saben la calidez de persona que es y fue. Necesitabas algo y él estaba. Siempre con una sonrisa, donde llegaba, cambiaba el ambiente y te hacía reír con todas sus ocurrencias. Me arrebataron a un amigo, mi tío que se desvivía por su trabajo”, publicó en Facebook una de las sobrinas de Gauna, quien era padre de una nena de 12 años.
Y agregó: “Hoy, como su sobrina, su hermana y su amiga, salgo a hablar por él, por la persona hecha de valores que era, me duele en el alma porque me lo arrebataron, me duele en el alma todas las veces que escuche un tema de Leo Mattioli, porque lo cantábamos juntos, con sentimiento. Me duele no tener más a mi compañero de birras, me duele todo lo que quedó por vivir, me duele el fin que le hicieron tener a mi negro”.
“Volá alto, descansa en paz y para siempre vas a tener un lugar en mi corazón. Te voy a recordar siempre con una sonrisa y un amor eterno. Me dejaste sola para cantar el pollito pío en los karaokes familiares. Quedó tanto pendiente...”, se lamentó.
“Descansa en paz, amigo. No merecías que te arranquen así la vida. Cuida a todos desde arriba ahora, sobre todo a tu hija, dale fuerzas para que siga adelante. Te voy a extrañar siempre gordo… Me quedo con lo último que hablamos y ese último consejo que me diste de que siempre tire para adelante, agradezco a Dios y a la Policía el haberte conocido, me quedo con lo mejor de vos Javier Gauna, te voy a querer siempre”, posteó una compañera.
La madre de López también usó la red social para expresar su dolor: “Hija mía de mis entrañas, mi Prince. Como te decía mamá... Nos dejaste con un dolor que no se puede describir; no tengo idea si me voy a poder recuperar. Hija, marcaste nuestros corazones. Nunca se me pasó por la cabeza que iba a pasar por esto y hoy mi corazón está roto… No lo puedo creer. Mi bebé… te amo”.