El caso del hombre que se suicidó de un disparo en la cabeza en una comisaría de Santa Clara del Mar, luego de ser detenido acusado de abusar sexualmente de su hija de 11 años, encierra una trama aberrante.
De acuerdo a la investigación, a cargo del fiscal Ramiro Anchau, de la UFI descentralizada de Mar Chiquita, el imputado supuestamente violó a su hija por dos años, de manera continua, sin usar preservativos, a toda hora, al mediodía o por las noches. Cuando la menor se negaba, la golpeaba en la boca del estómago y con un cable. La menor le pedía que se detenga, pero el hombre “seguía sin importarle”, indicaron fuentes del caso a Infobae.
Fuentes del caso indicaron que el acusado, de 42 años, trabajó al menos hasta julio de este año en una empresa de transporte de pasajeros. Luego de reunir las pruebas con varias declaraciones testimonial, Anchau pidió su detención por abuso sexual triplemente agravado por ser cometido con acceso carnal por su ascendiente y contra una menor de 18 años . Este viernes, agentes de la DDI de Mar Chiquita, la hicieron efectiva.
A raíz del pedido fiscal, el presunto abusador fue capturado en la localidad costera. Le secuestraron el celular y fue trasladado a la Unidad Investigativa de la Sub DDI de Santa Clara del Mar, por orden del Juzgado de Garantías N°5, a cargo de Gabriel Bombini. La causa estaba avanzada, incluso, el acusado ya tenía destinada una plaza en la Unidad Penitenciaria 44 de Batán.
Sin embargo, el hombre denunciado tenía otros planes. Sentado en una silla de la dependencia policial, vestido con pantalón gris, campera azul y zapatillas grises, le pidió a los oficiales que realizaban el acta en el lugar que le cambiaran las esposas que tenía colocadas por detrás hacia adelante, porque le dolían las muñecas. Cuando uno de los oficiales que lo custodiaban fue al baño, el hombre comenzó a moverse. Otro uniformado notó los movimientos, pero, según su relato, no llegó a reaccionar.
En ese momento, todavía esposado, el detenido se disparó en la cabeza con un revolver calibre .38 que tenía escondida entre sus ropas. Según supo el diario La Capital, la tenía entre sus genitales. Así, comenzó. El revolver, según determinaron los peritos, tenía otras dos balas en el tambor.
Los forenses que llegaron a la escena indicaron que el cadáver del acusado presentaba una herida de arma de fuego en la cabeza con orificios de entrada y salida; el plomo deformado fue hallado del otro lado de la habitación. La lesión de ahumamiento en la cabeza, propia de un tiro a quemarropa, apoyaba la versión de un suicidio. La responsabilidad de los policías de la Bonaerense, desde luego, fue puesta en la mira.
Tras el suicidio, con una causa por averiguación de causales de muerte, el fiscal Anchau dispuso la realización de una serie de tareas para establecer qué pasó durante el arresto y el viaje a la comisaría y por qué no se advirtió que el acusado llevaba un arma.
Dado que en el episodio hay personal policial involucrado, las autoridades judiciales también ordenaron el secuestro de las armas reglamentarias de los agentes que el viernes a la tarde se encontraban en la Unidad Investigativa de la Sub DDI de Santa Clara del Mar. Asimismo, se solicitó una pericia balística que hará la Asesoría Pericial mientras se aguarda el resultado de la autopsia.
La Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense, mientras tanto, ordenó que los dos policías sean desafectados del servicio.