Transcurrieron 14 días desde que Florencia Cantero (28) sufrió el brutal ataque de una jauría en Pilar cuando iba a trabajar el pasado 6 de agosto. “Si salgo de mi casa, es en auto. No puedo ir a comprar al kiosco y a ningún lado sola”, confesó a Infobae sobre las consecuencias que padece desde que los cinco perros de su vecino la mordieron en simultáneo.
Desde aquella mañana, su vida cambió radicalmente. Eran las 6.23 cuando la mujer salió de su casa en Villa Rosa, situada en el cruce de las calles Carlos Calvo y Caracas. Como todos los días, la vecina caminaba un par de cuadras para llegar a la parada del colectivo y luego, viajaba hacia el trabajo. Sin embargo, ese no fue un día más.
Mientras cruzaba la calle, aparecieron dos perros que empezaron a saltar y morderla salvajemente. Ella intentó esquivarlos, pero fue en vano. Pocos segundos después, llegaron otros dos animales a toda velocidad y se sumaron al ataque.
Florencia intentó caminar de un lado a otro, dando pasos cortos por lo limitada que se encontraba, pero nada resultó. Incluso la tiraron al piso, mientras la mordían todos juntos.
Fue en ese contexto que un quinto perro saltó el cerco de la vivienda y fue directo hacia la esquina, donde los otros cuatro tenían a la mujer acorralada. Toda la secuencia de terror quedó registrada por la cámara de seguridad de otra vecina del barrio. Fueron casi 40 segundos, pero para la víctima, pareció una eternidad. “Yo no me animo a ver el video, pero para mí, fue un montón de tiempo”, contó.
Poco después, un hombre, que vive cerca, escuchó los gritos y corrió junto a su hijo para socorrerla. Solo así, pudieron poner fin a semejante violencia.
Las mordeduras le provocaron heridas cortantes y hematomas en todo el cuerpo. Sus manos, sus brazos, sus axilas y, principalmente, sus dos piernas resultaron lastimadas. Finalmente, este martes le quitarán los puntos que debieron realizar en los diversos cortes. “Tengo las piernas horribles”, lamentó Florencia en conversación con este medio.
Dos semanas después del hecho, todavía siente mucho dolor. Pero, principalmente, tiene miedo: algo que permanece intacto desde que se convirtió en la víctima de los cinco perros de su vecino.
“Cuando salgo a la vereda, tengo mucho miedo porque siento que van a aparecer de la nada”, confesó Florencia. Y detalló: “He salido de casa pero en auto. No puedo ir a comprar al kiosco o a ningún lado sola y prefiero pedir por delivery o aplicaciones”.
Los cambios en su rutina fueron varios. Tras el ataque, debió permanecer en reposo absoluto; y ahora, intenta no salir de su domicilio, mucho menos a pie. Es decir, no puede caminar tranquila por la cuadra de su casa porque los animales que la mordieron, continúan viviendo a pocos metros del lugar.
“Los perros siguen acá, como si nada”, se quejó. Además, contó que su vecino, dueño de los animales, le dijo que “ya les consiguió otra familia”. La joven teme por sus tres hijos, que son menores. “Quiero que no estén más. Ahora, no puedo pensar en que mis hijos salgan a la calle”, subrayó. Y agregó: “Mi familia está indignada y enojada después de lo que me pasó”.
Tampoco pudo regresar al trabajo. “Como soy administrativa, tengo la computadora y puedo hacer las cosas desde mi casa para que no se me acumule todo”, narró. Y enfatizó: “Cuando tenga que volver, mi esposo me va a llevar en auto porque yo ni siquiera puedo ir a comprar sola”.
Algo que también cambió fue la tranquilidad que sentía dentro de su casa. Por las noches, le cuesta conciliar el sueño: la imagen del ataque se reproduce en su cabeza constantemente desde que sufrió el ataque que, según resumió, “fue lo peor” que le tocó vivir.