“Mandame a alguno de los nenes”. La repugnante frase retumba en los oídos de los investigadores ante cada paso que dan. No pueden dimensionar las ramificaciones del caso de la pareja que entregaba a sus hijos de 14, 10 y 8 años al dueño del rancho en el que vivían en Berazategui como pago del alquiler para que abuse de ellos “a demanda”. Las violaciones fueron sistemáticas durante dos años. Y, además, la madre los filmaba y el padre los ultrajaba. Mientras, ambos eran investigados por narcomenudeo.
“Sumado a ello, en la escuela nadie se dio cuenta de lo que les pasaba a los niños, y la familia estaba ausente. En paralelo, se descubrió que el dueño de la propiedad que cobraba con sexo ya tenía una denuncia por abuso”, destacaron a Infobae fuentes del caso que investiga la jueza de Familia de Berazategui, Silvana Patricia Leone, y el fiscal Daniel Ichazo, titular de la UFI N°8 descentralizada del departamento judicial de Quilmes.
Las autoridades educativas están en la mira, en principio, por un incumplimiento de deberes de funcionario público, si es que se prueba que conocían lo que sucedía y no lo denunciaron: “La escuela también falló. Se pidieron informes y la intervención de la jefatura de Educación sobre los registros que tienen”, advirtieron las fuentes consultadas por este medio.
La madre, el padre y el dueño de la precaria vivienda que alquilaba la familia desde hacía tres años están presos. Cada uno tiene un rol diferente en esta trama oscura en la que los vecinos de los chicos fueron los que colaboraron para que los rescataran del abismo. Es que fueron quienes denunciaron el caso luego de ver la situación de extrema vulnerabilidad a la que estaban sometidos.
“Los vecinos veían que los niños estaban en la calle y cartoneaban, y lo denunciaron. Así fue que la causa comenzó con el arresto del padre, pero nadie imaginaba lo que contarían los chicos”, explicaron cómo fue el puntapié inicial. Y relataron que, durante una evaluación psicosocial de las víctimas, realizada junto al abogado del niño; “fueron los dos más grandes los que relataron lo que padecían”. Y agregaron con angustia: “El más chico habló con dibujos y no hace falta explicar lo que dibujó”.
Ya con el padre preso, primero los menores revelaron que los violaba. Luego, siguieron hablando. Los chicos tenían 6, 8 y 12 años cuando comenzaron a ser enviados a pagarle con sexo el alquiler al dueño de la propiedad en la que vivían. No iban una vez al mes, sino cuando los requería: “Las violaciones eran a demanda”. El drama se acrecentaba porque todos estaban en el mismo terrero: el abusador adelante, la familia atrás, en una construcción precaria.
Ante esta revelación, los investigadores apresaron al sospechoso, de unos 60 años. Luego descubrirían que había sido denunciado por abuso de uno de sus hijos de 2019. Pero había más detalles truculentos en el relato de los niños. Explicaron que su madre, de 39 años, estaba al tanto de todo lo que sucedía, que les pegaba y que, incluso, los filmaba.
A raíz de las pruebas recolectadas, se solicitó el allanamiento a un domicilio de Florencio Varela, habitado por la madre. En ese sitio, la mujer fue arrestada por agentes de la Policía Bonaerense. Fue la última en caer.
“Además de que era investigada junto al padre de los chicos por narcomenudeo, tiene consumo problemático de drogas y estuvo un tiempo viviendo con otro hombre, pero se fue de la casilla sabiendo de la situación en la que estaban los menores. Incluso, hay otros dos adolescentes, de 15 y 16, que yo no vivían allí”, describieron.
Justamente esos dos adolescentes y otros mayores de edad, hijos de la misma madre, son los que busca la Justicia para revincular con las tres víctimas. Ahora, los niños están en un hogar a resguardo. “No tienen contacto con familiares y le han dicho a la abogada del niño y a la jueza de Familia que quieren quedarse allí. Hay que entenderlos, comen todos los días, los llevan a pasear y tienen contención afectiva”, dijeron.
Por lo pronto, ninguno de los tres detenidos declaró cuando fue indagado por las autoridades por el delito de promoción o facilitación de la prostitución de menores de 18 años y corrupción de menores agravada en el caso de los tres, más abuso sexual de menores con acceso carnal agravado para los dos hombres.