No son pocos los propietarios e inquilinos que se oponen al alquiler temporario. Los motivos son varios, pero el principal es la seguridad y un hecho registrado este sábado, en un edificio de Rosario, a pocas cuadras del monumento a la Bandera, parece fortalecer sus temores: un grupo de ladrones, luego de alquilar un departamento por el fin de semana, hicieron un boquete en la pared que daba al edificio lindante e ingresaron a oficinas, de las que robaron diversos elementos y dinero.
Fuentes judiciales indicaron a Infobae que el golpe fue descubierto tras el llamado al 911 de una vecina que alertó a la Policía sobre ruidos extraños. Se dio intervención, en principio, a la unidad de Flagrancia en turno para inspección del lugar, una unidad del sexto piso de una torre emplazada en la calle San Lorenzo al 800.
Al mismo tiempo, se tomó testimonios a moradores y vecinos de los edificios y se realizó un relevamiento de cámaras privadas y públicas de la zona.
En tanto, “hay medidas en curso para identificar a la persona que realizó el alquiler temporario y las personas intervinientes en el hecho”, detallaron. Los investigadores creen que fueron al menos cuatro personas las que participaron del robo e investigan si dos ellas quedaron registradas por las cámaras de seguridad.
De acuerdo a La Capital la banda abrió un primer hueco que dio al hueco de un ascensor, por lo que debieron abrir otro conducto, de unos treinta centímetros por veinte, que sí los condujo al palier de la torre de al lado, donde robaron objetos de electrónica y efectivo, luego de forzar dos puertas. Una alarma en el séptimo piso alertó al dueño, que ver tapadas las cámaras de vigilancia tapadas, se acercó y se topó con uno de los ladrones corriendo escaleras abajo.
Los delincuentes dejaron abandonado un bolso con herramientas, entre ellas un martillo rotopercutor.
“Me contactaron hace un mes. Me pagaron con transferencia, todo. Me enteré ayer y llevo toda la noche sin dormir”, contó al diario rosario el dueño del departamento. Dijo, por otro lado, que estima que los boqueteros “se equivocaron, hicieron el agujero donde no debían” y que los días previos se escucharon algunos ruidos, pero por algún motivo “pasaron desapercibidos, no fue algo que llamara la atención”.
En tanto, Carlos, un vecino del sexto piso, aseguró que no percibió ningún sonido inusual el fin de semana, aunque le llamó la atención que “la canilla del lavadero chorreaba a cada rato”.
En la torre de al lado, compuesta en su mayoría por oficinas, las personas que llegaban a trabajar comentaron que un inquilino del cuarto piso había escuchado ruidos fuertes, como de obra en construcción.
Por otro lado, se descubrió un tercer hueco en el último piso del edificio al que ingresaron. En ese lugar trabaja junto a su pareja un traductor que, al llegar convocado por la policía, encontró convertida en trozos de madera la puerta de entrada y la computadora de trabajo de su novia tirada en la escalera del quinto piso. Al parecer, por el ancho de la pantalla los ladrones no lograron hacerla pasara por el boquete.
El hecho se conoce tras la detención de un tercer sospechoso de la banda que realizó un túnel de 150 metros en San Isidro, para robar un banco.
El acusado fue identificado como Nicolás Ignacio Carpani Romero, de nacionalidad uruguaya, con varios antecedentes penales. Los detalles de su presunto rol en la trama todavía se mantienen en estricta reserva.
Entre el jueves y viernes pasado, los investigadores del caso, con un expediente a cargo de los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari, lograron las capturas de los dos primeros imputados: Alejandro Rosendo López, alias “Jony”, acusado de trasladar a la banda en lancha hacia Uruguay y Alan Rodríguez, ciudadano del país vecino.