Marcelo Gutiérrez, padre de la joven brutalmente asesinada el 18 de julio en Córdoba, habló sobre el momento que vive la familia y apuntó contra Néstor Soto, el acusado por el crimen: “No solamente le truncó la vida a Catalina, de 21 años, con un futuro, con una carrera, sino a nuestra familia; a la familia de mi mujer, a mi familia, a mis amigos y a la sociedad”.
En diálogo con Radio Mitre Córdoba, agregó: “Creo que ni un animal hace eso. Ojalá sufra tres veces más lo que sufrimos nosotros y que no salga nunca más de la cárcel. Lo único que queremos nosotros es que se resuelva rápido, porque estar todo el tiempo con eso en la cabeza... Seguro algunas cosas cuando lo vea le voy a decir”.
“Con el diario del lunes”, relató que hoy analizan algunos de los comportamientos que tenía Soto: “El novio de Catalina tiene audios grabados de ella llorando porque esta bestia le decía que era una mala persona porque lo había dejado clavado tal día, a tal hora, porque no pasó. A nosotros nunca nos contó nada ella”.
La hermana de la víctima, Lucía Gutiérrez, contó también cómo ayuda a sus padres a transitar el duelo, tras el crimen: “Estamos en esta más unidos que nunca para salir adelante como se pueda, si es que se puede en algún momento”, dijo la joven, en declaraciones a El Doce TV.
En esa línea, Gutiérrez señaló: “Sé que está conmigo, la siento conmigo y eso me da un poco de tranquilidad pero es muy duro y muy triste. Estoy acompañando a mis papás y tratando de salir los tres juntos”.
Y agregó: “La amo con toda mi alma. Siempre fue así, siempre fuimos unidas, hermanas, mejores amigas. Era la única persona con la que me sentía así. Era mi confidente, mi compinche, ella sabía todo lo que mis papás no sabían”.
En diálogo con el mismo medio, Marcelo confesó: “Es como que una mitad de mi cuerpo ya no está. La mitad del corazón, la mitad del cerebro ya no están. Tratamos de ponerle lo mejor y todas las ganas por mi hija Lucía y por Eleonora, por esta familia que queremos seguir en honor a Catalina”.
Y continuó, de la mano de su hija: “Cada uno con su forma de ser y su carácter, la estamos llevando adelante. Yo volviendo a la actividad laboral, Eleonora también retomando. Y con oraciones, volviendo un poco a la iglesia también”. Asimismo, admitió que se les hace muy difícil el día a día desde hace un mes, cuando su hija fue asesinada.
Luego, Marcelo y Lucía mostraron el tatuaje que se hicieron en honor a Catalina en el brazo izquierdo. “Yo me lo hice el jueves 18 y mi papá se lo quiso hacer unos días después”, comentó la joven. Y su padre añadió: “Dije ‘quiero el mismo que vos’, un ‘Catalina’ y el alita de un angelito”.
“Fuimos al tatuador al que ellas iban, que por ahí tenían la discusión con la mamá de ‘no tatuajes’. Catalina caía de un momento para otro, con el diario del lunes, con un tatuaje ya listo y no había nada que hacer”, recordó Marcelo con una sonrisa. Y continuó: “Eran cositas menores, muy sutiles. Por suerte han tenido la libertad de hacer las cosas que les gustaban”.
Aunque la familia está atravesando un momento doloroso y desgarrador, la hermana de Catalina aseguró conmovida: “Somos muy compañeros, siempre lo fuimos. Estamos en esta más unidos que nunca para salir adelante como se pueda, si es que se puede en algún momento”.
“Yo la maté”, dijo Néstor Soto, el sospechoso de matar a Catalina
Gastón Schönfeld, el abogado defensor del sospechoso, aseguró el pasado 2 de agosto: “Dijo que fue él”. Y según el contenido de su declaración, a la que pudo acceder Infobae, Soto afirmó: “Yo la maté, le arruiné la vida a Catalina, me arruiné la vida, arruiné la vida de nuestras familias y estoy muy arrepentido.”
Catalina Gutiérrez fue encontrada sin vida el pasado jueves 18 de julio durante la madrugada, en un descampado de la capital cordobesa. Yacía dentro de un Renault Clio que estaba estacionado sobre la calle Pedro Echagüe 3900, en el barrio Ampliación Kennedy.
Néstor Aguilar Soto era amigo de la víctima, cursaban juntos la carrera y hasta compartían el mismo grupo. Tiene 21 años y es oriundo de Bariloche, provincia de Río Negro. Un día después del hallazgo del cuerpo de la joven, el acusado se presentó ante la Justicia para declarar como un conocido y terminó confesando el crimen. “Era el amor de mi vida”, indicó.
Según precisó el informe preliminar de la autopsia -al que tuvo acceso Perfil Córdoba y que replicaron otros medios locales-, Catalina murió a causa de una asfixia por estrangulamiento tras haber sido brutalmente golpeada por el asesino.