El 19 de julio pasado, Belén S.V. salió de su trabajo en el partido de Vicente López cerca de las 16. De 26 años, fue hasta su auto y, cuando estaba por subir, vio que había un cartel extraño en su parabrisas. En un principio, creyó que se trataba de una publicidad. Pero cuando se acercó a retirarlo, se dio cuenta de que era algo mucho más desagradable y que la incluía. Escrito con letras recortadas de revistas, decía: “Hija de puta, si no dejas a tu novio subo el video”.
Belén se asustó y entró en pánico. Sabía perfectamente quién era el autor del mensaje: su ex pareja Lucas Mauricio Acosta, el actual arquero de Sarmiento de Junín, un equipo de la Primera División del fútbol argentino.
Para la mujer, no había lugar a dudas porque el futbolista era quien, según denunció, la acosaba y también era el único que tenía un video íntimo de ella. Estaba segura de eso porque él lo había grabado mientras mantenían relaciones.
Belén creyó que todo quedaría en una nueva amenaza. Se equivocaba. A las 20 de ese mismo día en que encontró el cartel, le llegó un mensaje por la aplicación Tik-Tok: un usuario le avisaba que su video íntimo había sido difundido en un canal de Telegram.
Su calvario recién comenzaba. Y la historia continuaría con la detención de Acosta, en pleno entrenamiento de Sarmiento de Junín, la semana pasada. ¿Por qué se produjo la detención? Básicamente por dos motivos. Acosta continuó amenazando de muerte a la víctima, aun con la causa iniciada. Además, dio un domicilio falso en Junín. Cuando se comprobó todo eso, el fiscal Leonel Gómez Barbella, titular de la fiscalía 32 de Nación, solicitó su detención.
Infobae accedió a la declaración de Belén, realizada en la Oficina de Asistencia a la Víctima y al Testigo del Ministerio Público Fiscal. Allí la mujer contó que tuvo “una relación con Lucas Mauricio Acosta, por el plazo de 7 meses, la que culminara un año atrás”.
También relató que durante esa relación Acosta le hacía “reclamos si ella no respondía a las llamadas o videollamadas en horario laboral”. Y manifestó que, en ocasiones, la “controlaba si salía con las amigas y, en los momentos de discusión de pareja, él golpeaba las paredes o rompía cosas, como los teléfonos celulares”.
La causa, actualmente, se investiga como amenazas coactivas en contexto de violencia de género, extorsión y desobediencia. El arquero está alojado de forma preventiva en una celda de la División Delitos contra la Salud y Seguridad Personal.
Según pudo saber este medio, esta no sería la única causa que tiene a Acosta como acusado, incluso ya habría una previa con la misma víctima.
Esta causa, que podría ser enmarcada en la sextorsión, tiene la particularidad de que el video sí se difundió. Es decir, que no fue tan solo una amenaza. El material íntimo fue difundido por un usuario de Telegram no identificado, que lo compartió en el grupo “milipilis arg”. Vale aclarar que se difunde el nombre, porque ya no existe más y no se puede acceder al material desde allí.
Ahora, Acosta será indagado y luego puesto en libertad para luego poder regresar a la ciudad de Junín y seguir con su profesión, si el club así lo considera. Mientras tanto, la víctima cuenta con medidas de restricción como una perimetral. Pero el daño provocado con la difusión del video, ya fue causado y nada lo podrá reparar.