En las últimas horas, la DDI de San Isidro de la Policía Bonaerense logró las dos primeras detenciones en la causa que investiga el audaz intento de robo a un banco de San Isidro con un túnel de 150 metros cavado bajo la calle Chacabuco. Se trata de un argentino con domicilio en la provincia de Entre Ríos y otro hombre de nacionalidad uruguaya, quienes están señalados por, supuestamente, haber cruzado a la banda en lancha a Uruguay y asistirlos en su fuga.
Los imputados, en una causa a cargo de los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari, fueron identificados como Alejandro Israel Rosendo López -el entrerriano que habría cruzado a la banda desde y hacia Uruguay- y Alan Daniel Rodríguez, con domicilio en la ciudad de Montevideo: fuentes policiales aseguran que está vinculado a la barra del club Nacional.
El hombre entrerriano fue detenido por la Policía Bonaerense en la zona de Villa Paranacito, en esa provincia. Rodríguez fue arrestado en Montevideo hoy por la mañana, tras una gestión realizada por el área de Interpol de la Policía Federal. Según indicaron fuentes policiales, este último sospechoso anoche habría estado en el estadio Gran Parque Central de la capital uruguaya para ver el partido de su equipo por la Copa Libertadores.
Rosendo López declaró esta tarde en los tribunales de San Isidro. En su declaración, no se hizo mención a empleados o ex empleados de la entidad bancaria que la banda pretendía asaltar. Rodríguez, por su parte, deberá ser extraditado antes de su indagatoria.
Las huellas de Rodríguez fueron halladas en el galpón que la banda usaba como base, ubicado sobre la calle Chacabuco misma, un ex taller mecánico desde donde cavaron el túnel que llegó a pocos metros de la bóveda del banco. La División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol de la PFA, que recibió el pedido de apoyo de los fiscales del caso, había publicado ayer la notificación internacional en contra del presunto barra.
El lanchero López tiene antecedentes penales. Según confirmaron fuentes del caso, la Justicia federal de San Isidro lo había condenado por pasar cocaína a Uruguay, con una pena de cuatro años y once meses. Ya se encuentra en los tribunales de San Isidro y comenzó a ser indagado en la mañana de hoy.
Mientras tanto, el expediente ya tiene una calificación definida: tentativa de robo en poblado y en banda, con una pena máxima de diez años de prisión. Los investigadores, por lo pronto, suponen que la banda habría contado con un financista, el apoyo de un ingeniero para realizar el túnel y una cuadrilla de albañiles.
La investigación de los fiscales Asprella -que encabezó una nueva inspección en el túnel en la mañana de hoy- y Ferrari, que actúan bajo las directivas del fiscal general John Broyad, avanza con resultados definidos más allá de las detenciones. La semana pasada, lograron determinar que alquilaron el año pasado un reconocido bar llamado Hábeas Corpus que queda justo frente a los tribunales de San Isidro.
El abogado de la dueña del bar declaró que un hombre, identificado como J.L.S, se contactó para avanzar con el alquiler. Esta persona dijo ser representante de otro hombre, de apellido T., que era de la ciudad de la Plata. Le aseguró que se trataba de una persona solvente y que podía poner como garantía una empresa de finanzas. También le dijo que el interesado en alquilar tenía supermercados y locales de venta de implementos de caballos, dada la cercanía con el Hipódromo del municipio.
Sin embargo, los misteriosos inquilinos, que nunca ocuparon el lugar con un emprendimiento comercial, dejaron de contestar el teléfono seis meses después.